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Etiqueta: cuentos

AMÉN

AMÉN

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Esta palabra semítica cierra todas las oraciones, plegarias y devociones de los rezadores, para que sus alabanzas, peticiones y súplicas se cumplan, rogando a quien corresponda que “así sea”.

Pues eso, que así sea, ya que no puede ser de otra manera, por mucho que nos mordamos el alma de dolor ante la despedida final de una vida, sin que a la “enemiga fiel” le importe demasiado el eterno deseo humano de sobrevivencia, tan socorrido por distintas religiones.

El poeta de Tábara sabía pocas cosas, y era verdad. Pero tuvo como cierto que el miedo del hombre había inventado todos los cuentos, y que con cuentos despedimos a los vecinos, como a mí me ha tocado hacer con dos amigos en los últimos días: Manolo y Eugenio.

Inoportuna es toda muerte, pero no se lleva la peor parte quien viaja hacia la nada de donde procedemos, sino los desheredados que aquí quedamos ocupando un asiento en la sala de espera de la estación término, a la que llegamos en el mismo instante de nuestro nacimiento.

Traidora, que no anticipa su presencia para sorprendernos como hace siempre, la muerte merece desprecio y censura por su mala educación. No es propio de señoras que se precien, entrar en casa ajena por la ventana y llevarse lo que a otros pertenece, sin pedir autorización a los propietarios de las vidas que hurta impunemente.

Por eso, cuando la parca golpea la piel de un alma desprevenida, no hay redención posible. Sólo dolor apenas consolado unas horas por la compañía de los amigos que lloramos nuestra propia muerte, sabiendo que todos estamos a la puerta del abismo, sin atrevernos a dar el paso definitivo hasta que el destino nos empuje, según dice el cuento, a la felicidad eterna.

¿Por qué entonces tanto dolor cristiano, -le preguntaba yo a un sacerdote amigo- si quien abandona este mundo lo hace por voluntad divina para gozar eternamente de la más inalcanzable felicidad? ¿Por qué tanta lágrima si en tiempo breve volveremos a encontrarnos con los desaparecidos en inimaginables paraísos, permaneciendo ya juntos varias eternidades? Si alguien tiene respuestas que nos las dé, porque de lo contrario seguiremos dudando de inescrutables designios celestiales y pensando que la historia humana está jalonada de cuentos alojados en la sinrazón de una credulidad increíble.

Tal vez por eso, cuando alguien se nos va llega San Manuel Bueno con el hisopo en la mano dispersando agua bendita sobre su propio escepticismo y recitando una plegaria, mientras el ejecutivo se afloja nervioso la corbata; el vagabundo levanta desconsolado la cabeza del escaño; el solitario busca una huella en sentido opuesto; el carcelero olvida las llaves en la celda que vigila; el mendigo anota la hora para calcular el tiempo de espera; el militar, arrepentido, se quita las espuelas; el arzobispo, decepcionado, cede su báculo; el enamorado desespera por la desesperanza que le espera; el intelectual dispersa las palabras del libro sagrado; el moribundo baja resignado la escalera; el maestro, al fin, cierra el catecismo en silencio, ….y calla.

CONFIDENCIA NAVIDEÑA

CONFIDENCIA NAVIDEÑA

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Como le sucedió al poeta de Tábara, a mí también me han dormido con todos los cuentos y llegué a saberme de memoria todos los cuentos, creyéndomelos en la infancia, dudando de ellos en la juventud y negándolos al llegar la madurez a la vida, dando paso a una incredulidad más creíble que las creencias de los crédulos cuentacuentos.

Tuve que oír extrañas historias en todas las bocas que me rodeaban, fueran estas escolásticas, familiares o eclesiásticas, consoladoras de carencias irremediables y contingencias indeseables, hasta que la razón vino a poner las cosas en orden con argumentos contradictorios a leyendas, doctrinas y creencias, transmitidas por educadores, padres y catequistas, sin fundamento alguno que no fuera apuntalado por axiomas de fe.

Así fue como deshincharon mi pensamiento, lo lavaron, plancharon, plegaron y colocaron ordenadamente junto al de todos los que conmigo fueron aseados y limpiados de sucios argumentos divergentes a la doctrina impuesta en Occidente por emperadores, papas, instructores, clérigos, parientes y vecinos.

Sobre tan delicada nube viajé por los campos de la vida con el zurrón de las creencias a la espalda, hasta que un golpe de Luz diluyó en la razón el vapor que sostenía las adivinanzas, cayendo al suelo la fe arquitecturada con catecismos, sermones, incienso, amenazas y bendiciones.

TRAIDORA MUERTE

TRAIDORA MUERTE

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El poeta de Tábara sabía pocas cosas, y era verdad. Pero dio por cierto que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos y con cuentos enterramos a los muertos, desde que el primer homínido comenzó a caminar sobre la tierra sin saber cuándo, cuál y dónde sería el final de sus pasos sobre ella.

Inoportuna es toda muerte y siempre, aunque la de algún profeta sea redentora para sus creyentes; pero, además de inesperada y traidora, es injusta cuando se presenta sin avisar en una vida que apenas ha comenzado a florecer, para segar de un tajo el capullo joven que la habita, haciéndolo sin consideración alguna, ebria de vanidad y exhibiendo un poder inmerecido que a todos fustiga, humilla, empequeñece e indigna.

Pero no se lleva la peor parte del hachazo quien es indebidamente llevado hacia la nada de donde procedemos, sino los desheredados que aquí quedan ocupando un asiento en la sala de espera de la estación término, a la que llegamos en el mismo instante de nuestro nacimiento, sin que este acontecimiento nos invite a reflexionar sobre nuestra procedencia.

Traidora, que no anticipa su presencia en un corazón infantil, la muerte merece desprecio y censura por su mala educación y falta de compostura, pues no es propio de señoras que se precien, entrar en corazón ajeno por la ventana sin autorización alguna, para hurtar impunemente la vida por vivir que no le pertenece.