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Etiqueta: corruptor

HÁBITAT CORRUPTOR

HÁBITAT CORRUPTOR

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De la misma forma que no es posible la existencia de osos polares en zonas ecuatoriales, porque el hábitat natural para la supervivencia de estos mamíferos exige bajas temperaturas propias de zonas heladas del hemisferio norte, no sería posible la corrupción que nos invade si el medio social en que se desarrolla no permitiera su existencia.

Es decir, en contra de la culpabilidad que muchos atribuyen de la corrupción a corruptores que corrompen y a corruptos que se dejan corromper, ni unos ni otros hubieran proliferado como hongos en otoño si el ambiente social no les hubiera facilitado el crecimiento, como hacen las arenosas dunas del Sahara impidiendo que broten setas en ellas.

Tampoco es cierto que la corrupción forme parte de la condición humana, como el error y los demás atributos que definen a los seres racionales, pero tan nefasta cualidad estaría reprimida y controlada si el clima social impidiera su crecimiento, rociando con spray moral hasta el último rincón, como hacemos en los hogares para exterminar insectos y roedores.

Resolveremos el problema cuando en la sociedad domine una cultura de honestidad, compromiso moral, ética social, solidaridad compartida y generosidad fecunda, lo cual no es previsible que suceda mientras tengamos grotescas princesas del pueblo, basura en los televisores, especuladores sin escrúpulos, leyes con rendijas, usureros de guante blanco, politiqueros en los escaños, periodistas manipuladores y ciudadanos aplaudiendo a los defraudadores a la puerta de los juzgados.

No obstante, podemos ir cerrando algunas vías de agua putrefacta, saneando el espacio social público con fuerzas y cuerpos de seguridad que pasen la bayeta por todos los rincones, sellen las grietas y pongan ratoneras para que nadie escape de las togas judiciales, para que estas  sacudan el polvo social con todos los ácaros que lleva dentro en una isla desierta donde se extingan corruptos y corruptores.

NUEVO ABUSO POLÍTICO

NUEVO ABUSO POLÍTICO

Unknown

Hacer mal uso de algo, utilizándolo de forma excesiva, injusta o indebida, es abusar de quienes sufren las consecuencias de esa mala utilización. Es decir, que si un político hace mal uso del dinero que pertenece al pueblo, está abusando del poder que los ciudadanos le otorgan en las urnas, y merece castigo por ello, aunque una coraza de impunidad le libre de la sanción.

Ha sido mucho el despilfarro institucional habido durante años y excesiva la potestad de los políticos para disparar con pólvora ajena, meter la mano en la caja común, malversar fondos públicos y abusar de la democracia hasta pervertirla, convirtiéndola en una meretriz vendida al mejor corruptor.

La noticia que ha rodado desde Sevilla al cabo de Creus, pasando por Peñas, Finisterre y Tarifa, hasta terminar en Gata, ha dejado a los ciudadanos honrados sin aliento ni capacidad de respuesta, al enterarse que la Junta de Andalucía va a pagar la defensa de los altos cargos imputados en el fraude de los EREs., porque así lo autoriza el Reglamento del Servicio Jurídico del Estado, según ha dicho el portavoz del ejecutivo andaluz, don Miguel Ángel Vázquez Bermúdez.

Ante tal situación caben tres reflexiones:

1ª. La Junta de Andalucía no pagará nada, sino que el gobierno andaluz tomará – sin pedir permiso – dinero de los contribuyentes para hacer efectivo el pago de la defensa a los presuntos delincuentes que robaron el dinero destinado a quienes van a pagar los gastos.

2ª. Un Reglamento no puede contemplar la posibilidad de que los ciudadanos paguen los gastos originados por la defensa judicial de imputados en un fraude y hurto de dinero que pertenece a los propios ciudadanos que pagan la defensa de quienes les han perjudicado.

3ª. El pago de la defensa lo ha decidido un Gobierno formado por hipotéticos defensores de los trabajadores pertenecientes al PSOE e Izquierda Unida, con el fin de proteger a presuntos defraudadores y ladrones del dinero que pertenece a los trabajadores.

No es que vivamos en un mundo al revés, habitamos un mundo enrevesado por la malicia, pervertido por la ambición, dominado por el cinismo y capitaneado por un grupo de abusadores que campan por sus respetos pisoteando la voluntad popular y los derechos ciudadanos, con impunidad insultante y soberbia desmedida.