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Etiqueta: corrupción

….ISTAS

….ISTAS

Existe un sufijo añadido a la raíz de adjetivos que expresa inclinación hacia el concepto señalado por la palabra raíz. De esta forma tenemos deport-istas, que viven para el deporte; tur-istas, que buscan amaneceres tras las fronteras; ecolog-istas, amantes de la naturaleza; ilusionistas, estilistas, humanistas… Y junto a ellos, periodistas moralmente sanos y otros éticamente enfermos; columnistas que aparentan saber de todo, aunque todo lo ignoren; progresistas ocupados, en su progreso; catequistas intentando catequizar lo incatequizable.

Marxistas despistados; sofistas de micrófono, púlpito y tribuna; pacifistas de escenario; abortistas exaltados; machistas medievales; descerebrados camorristas; provocadores belicistas; consumistas ingenuos; diputados transfuguistas; prestamistas a la caza del ignorante; capitalistas sin escrúpulos intentando regates con aficionados sindicalistas  ocasionales; pacíficos laicistas; beligerantes fundamentalistas; y toda la serie de oportunistas, chantajistas y estraperlistas.

Pero déjenme prevenirles contra el grupo de “istas” que anteponen a esta desinencia el apócope nominal de su padrino, es decir, de quien va a tirar de ellos para compartir poder, dinero, corrupción, engaños, trampas, fraudes, mentiras y …. banquetes, palcos, honores, privilegios, portadas, reverencias, servidumbre y otras cosas con las que ellos decoran su becerro.

Hablo de quienes dejan a un lado las ideas y la dignidad personal, para seguir al ídolo de barro que va a ponerles comida en el pesebre, y corren tras él como los perrillos detrás del hueso que les arroja su amo. Me refiero a los aznaristas, guerristas, juancarlistas, rajoistas, rubalcabistas y tantos otros de cuyos nombres tampoco vale la pena acordarse, palmeros del jefe que esperan meter la cuchara en la tarta a la primera de cambio.

Y no creáis que este grupo de istas es pequeño. Son miles, pero todos vulgares. Procaces arribistas capaces de quitarle un caramelo a un huérfano. Y que nadie piense que exagero porque los he visto muchas veces pasar la guadaña a medio metro del suelo con intención de decapitar a los que no se agachen a tiempo. Su falta de pensamiento propio hace que pasen sin dejar huella. Incluso algunos pierden su identidad porque el fulanismo envuelve la más profunda indiferencia cuando las urnas funden las líneas telefónicas.

¿PACIENCIA O BARRICADAS?

¿PACIENCIA O BARRICADAS?

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En plena campaña electoral mi voluntad se mueve confusa entre aguantar pacientemente los envites que van a llegarnos de los mitineros, o pedir ayuda a los vecinos para montar barricadas, preludio de una revolución que nos lleve a tomar la bastilla política, hoy en manos de ineptos esféricos, es decir, personas incapaces por donde quiera que se las mire.

La razón que gobierna mi cerebro orienta las neuronas por el recto camino de la cisura de Rolando donde las leyes democráticas tienen el asentamiento, sugiriéndome paciencia, es decir, capacidad para sufrir y padecer lo que venga, sin alterarme. Pero el instinto que mueve mis vísceras, alienta en el corazón latidos revolucionarios contra una campaña electoral que va a llevarse de nuestros bolsillos ¡41 millones de euros! – que tiene  bemoles la cosa – impulsándome a montar parapetos que impidan el paso de los vividores a costa del sudor ajeno.

¿Es momento de paciencia o de confrontación abierta contra la política que hacen nuestros políticos, sin duda alguna los más corruptos e incapaces de nuestra historia?.

Dando paso a la razón, puedo decir que en estos momentos necesitamos masivas dosis de paciencia. Preciado elixir que nos ayudará a soportar la que se nos viene encima en los próximos días. Paciencia para no responder con violencia al despilfarro y la farsa que llegará a diario a nuestras casas, perfumada con el cinismo del agua milagrosa procedente del mismo manantial que blinda mercenarios columnistas y pone micrófonos en sus manos para justificar lo injustificable.

Pero si abro las esclusas de mis venas, el caudal de indignación acumulado me pide montar barricadas en todas las autovías, carreteras y caminos vecinales por donde vayan a pasar las caravanas electorales. Si doy voz al instinto, el cuerpo reclama mi voluntad de reventar los mítines y bloquear las cuentas corrientes de quienes sobrevuelan por encima de la crisis después de fumigarnos con ella.

¿Barricadas o paciencia? That is the question, que diría don Guillermo por boca del príncipe de Dinamarca. ¿Es más noble para el alma soportar
las flechas y pedradas de la áspera política
o armarse contra un mar de adversidades
y darle fin en el encuentro?

Esta es la cuestión que yo dejo hoy en mi bitácora, teniendo muy clara la respuesta.

GRANUJAS Y CORRUPCIÓN

GRANUJAS Y CORRUPCIÓN

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No sé el tiempo que va a durar la desconfianza ciudadana en los dirigentes políticos, sociales y económicos, pero desde que uso la razón percibo que vamos como la ratita del cuento, de sobresalto en sobresalto y de susto en susto, por culpa de los granujas que han metido descaradamente la mano en la hucha común, en los fondos bancarios y en los planes urbanísticos para recalificar sus propias cuentas corrientes.

Estos haraganes se han dado a la briba en horario continuo y sin desmayo, exhibiendo en la plaza pública su pícara holgazanería. Personajes ruines, carentes de honra y vergüenza; avarientos, falsos, con viciosas costumbres y amañadas mañas. Rateros insolidarios, astutos, taimados y mezquinos, dignos merecedores de llevar al cuello un sambenito con la más satírica letrilla quevediana.

Es larga la miserable historia de tales depredadores, consumada con prevaricaciones, cohechos, malversaciones, apropiaciones indebidas, falsedades documentales, tráficos de influencias, blanqueos de capitales y delitos fiscales, desde los antiguos tiempos de Matesa, pasando por Fidecaya, Rumasa, KIO, fondos reservados, Ibercorp, Afinsa, Fórum Filatélico, Gescartera, Naseiro, Filesa,…

Pero en los últimos años se han mejorado a sí mismos con actuaciones perversas que emulan los argumentos más negros de la más negra novela de todas las novelas negras. Presuntos pelotazos en la Rioja; dinero turbio en Oropesa; EREs falsos en Andalucía; supuesta prevaricación en Cieza; concejala detenida en Canarias; problemas de gestión urbanística y de limpieza, en Orihuela; pelotazo urbanístico marbellí; Palma Arena en Baleares; Palau de la Música en Cataluña; y por último, la traca final del caso Gürtel, que amenaza con quedarse en la nada.

Así están las cosas y no creo que mejoren mucho porque quienes podrían enderezarlas son los más interesados en mantenerlas torcidas, para seguir trapicheando con su dignidad a cambio de un abultado puñado de euros. Para acabar con el fraude y la corrupción hay que  querer terminar con ella, así de simple. Pero hay pocas ganas de hacerlo, por aquello de la pescadilla que se muerde la cola.

Para este gremio de cuatreros sin escrúpulos la ética tiene el mismo valor que una señal de tráfico en el desierto. Pertenece a tan despreciable club una fauna carroñera de distinto pelaje ideológico, profesional y político, donde conviven católicos de pantomima, con agnósticos de pasarela; financieros ocasionales, con taberneros oportunistas; golfos disfrazados de ediles, con gañanes venidos a constructores; y funcionarios disfuncionales, con testaferros expatriados de la nada metafísica. El uniforme exigido para ser aceptado en esta secta de granujas es muy simple porque se reduce a unos guantes blancos y cuello tan duro como su cara, para esconderla cuando alguien les señale con el dedo.

Pero no es extraño que haya tanto mangoneo, mangancia y mangantes sueltos bien amarrados a los sillones de la democracia porque en España sale muy barato multimillonizarse ilegalmente. Ahí tienes los casos de Condenesto, ya de paseo por la Salceda luciendo la misma sonrisa burlesca que exhibió ante nuestros representantes en la comisión parlamentaria; o el intelectual Mortaroldán que se quedó calvo de frotarse billetes en la cabeza ante jueces y fiscales, hoy liberado y con el dinero en el fardel; o el Kiorrosa que puso un pie en cada torre haciendo un arco del triunfo por donde ha pasado la justicia entre una lluvia de confetis hechos con documentos falsos, mientras él disfruta sonriente los beneficios de su apropiación indebida.

MANDAMIENTOS DEL INERTE

MANDAMIENTOS DEL INERTE

No es el virus de la cobarde resignación el que se ha extendido como epidemia medieval entre millones de ciudadanos, causándoles una grave enfermedad que afecta a su voluntad de forma terminante y sin remedio. Es la gandulería en sus vertientes mental y física, quien se ha apoderado de sus voluntades.

Dolencia que incapacita a los afectados para dar respuesta contundente a la injusticia social reinante, al abuso de poder permanente, a la cotidiana manipulación informativa, a la explotación laboral diaria, a los impunes excesos politiqueros, a la amenazante especulación usurera  y a la corrupción política seudogeneralizada.

Esta patología inmoviliza a quienes la padecen causándoles parálisis sociales, acompañadas de la indiferencia más absoluta sobre lo que sucede al vecino, sin percibir que mañana puede ocurrirle a ellos, cuando no haya tiempo para arrepentirse de su actual complicidad con quienes no merecen sino el desprecio y destierro a islas desiertas.

Siguen estos afectados al pie de la letra la terapia impuesta por galenos sin titulación alguna que presumen de especialistas universales y sabelotodos de la nada, basada en estos diez mandamientos que cumplen con severa disciplina:

1.  Soportarás con resignación cristiana y humilde espíritu evangélico, la corrupción política en todos los bandos, dejándote adormecer con la dudosa cantinela de que “no todos los políticos son así”.

2.  Aceptarás en silencio bajadas de sueldos, congelaciones de pensiones, despidos laborales y desahucios, sin mirar para los despachos donde se abrazan banqueros, politiqueros y especuladores.

3.   Consentirás la pérdida de miles de millones de euros en fraudes fiscales, y que el dinero del Estado, – es decir, el tuyo – vaya a parar a los mismos directivos bancarios que niegan créditos de subsistencia.

4.  Apoyarás reformas laborales que supriman ayudas económicas a los parados, perjudiquen las pensiones, prolonguen la edad de jubilación y atenten contra las bajas laborales.

5.  Aplaudirás a reyes legatarios, príncipes herederos, archimillonarias duquesas y marqueses renombrados, con el mismo entusiasmo que los enajenados siervos de la gleba se inclinaban ante sus señores.

6.    Aprobarás con tu voto la multiplicación de administraciones públicas, los sueldazos de quienes las dirigen, el nepotismo interno reinante, la impunidad de los errores y la mediocridad de los afincados.

7.  Admitirás los desmanes de las empresas transnacionales etnocéntricas, policéntricas o geocéntricas, la engañosa competencia, los abusos y las voces metálicas que desatienden a los clientes por teléfono.

8.   Permitirás que unos pocos se lleven la mayor parte de la tarta común, que los pobres sean cada vez más pobres y que cada cinco segundos se muera un niño de hambre devorado por las moscas.

9.   Votarás a políticos inmersos en procesos judiciales, dando más crédito a quienes los defienden, protegiéndose a ellos mismos, que a los jueces y policías investigadores de casos que necesitan poca investigación.

10.  Aprovecharás el tiempo enlodándote en cenagosas pantallas televisivas, evitando contaminarte con páginas redentoras de inculturas ancestrales y cerrando los oídos a voces comprometidas.

Estos diez mandamientos se encierran en dos:

1 .   Amarás el poco dinero que tienes por encima de todas las cosas, incluso de ti mismo y a cuantas cosas puedan darte la felicidad que buscas donde nunca la encontrarás.

2.      Sufrirás con mansedumbre franciscana la que se te viene encima, viendo como una casta social privilegiada sigue brindando con Moet Chandon en sus veleros por el Mediterráneo.

TENCAS POLÍTICAS

TENCAS POLÍTICAS

Llevo unas horas en la blanca tierra que mantienen dos carboneritos, viendo a la Clara ir a misa con el librito en la mano a pedirle a Dios perdón, mientras la enamorada exige a su hombre echar el surco derecho a la ventana para ser labrador de sus padres mañana.

En estas coplas estaba cuando unos amigos me invitaron a cambiar las sardinas gallegas por tencas salmantinas y hasta Matilla de los Caños me fui en compañía de mi amigo Antonio a degustar ese pez dulceacuícola que habita en el lodo de las charcas, capturado «de esa manera» por los anfitriones de la cena.


 

 

 

 

Pero no va de tencas la entrada de hoy, sino de política porque entre los once que compartimos mantel estaban el alcalde Nazario y el teniente de alcalde Ciriaco, obligándonos en la sobremesa al inevitable comentario político, que reproduzco con su autorización, como testimonio de una situación ejemplarizante de lo que ocurre en pequeñas localidades.

Preguntón: ¿En el pueblo quién gobierna?

Ciriaco: Quién va a gobernar, el Partido Popular. Tenemos cinco concejales y los socialistas dos, y de milagro, porque no los merecen. Aquí presentaron a la alcaldía una maestra que no es de aquí, nadie la conoce y ni siquiera vino por el pueblo el día de las elecciones. ¿Quién cojones va a votarles? Eso sí, en las elecciones generales siempre ganan los socialistas porque hay muchos trabajadores. Pero en las municipales se vota a las personas y ninguno de los 712 habitantes conocía a la candidata socialista. Tenían que haber presentado a alguien del pueblo.

Preguntón:  ¿Cuánto cobráis los concejales?

Alcalde y teniente de alcalde: ¡Ni un duro! Es más, el cargo nos cuesta dinero de nuestro bolsillo. Estamos aquí para servir a los vecinos, aunque todo sean problemas. Sobre todo cuando uno pide o protesta por algo y otro viene pidiendo y protestando por lo contrario.

Preguntón: ¿De dónde sacáis los siete millones de pesetas para las fiestas?

Nazario: Pues de impuestos y del Estado, pero este año hay que bajar el gasto aunque sea difícil porque las vaquillas, que son millón y medio, no pueden quitarse; las orquestas, dos millones y medio, tampoco se pueden tocar; las setecientas mil de la paellada popular hay que mantenerlas; y luego los juegos para los chavales, etc.

Preguntón: ¿Y el trabajo?

Nazario: Pues mucho. Que si reuniones aquí y allá, viajes, negociaciones y más de mil quinientas firmas que hay que echar. Pero todo lo haces por la gente, porque si fuera por el dinero, sería la ruina.

Preguntón: ¿Y las recalificaciones…?

Ciriaco: ¿Corrupción dices? Aquí nada. De eso no hay. Queremos aumentar el perímetro del pueblo y es imposible. Pedimos algo y vienen los ingenieros con el helicóptero y dicen: aquí no y aquí tampoco. Y luego tienen que estar los vecinos de acuerdo porque si uno dice que no, se jodió.

Así fue la tertulia y así queda escrito, agradeciendo las tencas, la conversación y la amistad que allí recibí por parte de todos, estando obligado a corresponder.

 

SHOCK ELECTORAL

SHOCK ELECTORAL

Escribo esta página desde la UVI intelectual en la que todavía permanezco ingresado desde la noche del domingo cuando supe los resultados electorales, afectado por un fuerte shock electoral generado por compatriotas que elevaron a sillones municipales y parlamentarios a la gran pandilla de políticos encausados en procesos de corrupción pública.

Como hombre profundamente político en sentido aristotélico, pero radicalmente antipartidista, estoy temiendo por mi vida política ya que la afección que padezco, fruto de la decepción sufrida, está impidiendo que llegue a mi cerebro el flujo de sangre honesta que esperaba recibir el domingo de las plaqueletas.

Muchos de los votos emitidos han cambiado de posición la cisura de Rolando, provocado en mi cerebro un torbellino de críticas democráticas que está permitiendo el desarrollo de patologías cuya aparición se asocia a un estado de hipoperfusión electoral e hipoxia mental que terminará produciendo en mis convicciones democráticas lesiones irreversibles y un fracaso multiorgánico de todas las esperanzas que tenía puestas en la regeneración moral de la política en mi país.

El mecanismo fisiopatolítico que me ha llevado a semejante estado tiene su origen en la quiebra intelectual producida al ver en sillones oficiales, beneficiándose de sueldos públicos y privilegios inmerecidos, a personajes inmersos en procesos judiciales por casos de enmierdamiento político, en sus múltiples versiones de ilegalidades, sobornos, corruptelas, compraventas, trampas, regalos, mentiras y abusos.

El fracaso de los tratamientos políticos quimioterápicos que esperaba de las urnas, aconseja un tratamiento quirúrgico urgente que solo puede venir de las togas judiciales porque la gravedad del cuadro clínico que me afecta no tiene otra solución, y en ella confío.

Conde Pumpido dio no hace mucho tiempo la cifra de 730 políticos encausados por delitos de corrupción; en Baleares se habló de 504 imputados por idéntico motivo; el juez Pedreira ha perdido la cuenta de los implicados en el caso Gürtel; y los cordobeses ¡han sentado en su Ayuntamiento a Rafael Gómez!, paradigma de la mayor distorsión democrática que jamás pudo imaginarse.

Ignoro los latidos del alma cordobesa y mi afecto por la ciudad y sus vecinos está fuera de toda duda, pero alguno de los votantes a la “Unión Cordobesa” de Sandokán tendría que explicarnos las razones de su elección, para salvarnos a muchos de una muerte intelectual segura.

¿Quién puede confiar la gestión pública a un ladrillero fuertemente imputado en el caso Malaya por entregar 600.000 euros a Roca a cambio de favores urbanísticos? ¿Con qué argumentos se le abren las puertas de la caja fuerte municipal a quien debe 24,6 millones de euros al Ayuntamiento? ¿Qué pasa por la mente de quienes pretenden emular las hazañas de Gil?

Perdonen, pero tengo que abandonarles porque me falta el aliento y estoy a punto de perecer por disnea de “mal político”, al bucear a pulmón libre en el lodazal donde nos han sumergido, del que sólo puede salvarnos el compromiso de los jueces con la regeneración ética que necesitamos.