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LA PINTA DEL PINTA PINZÓN

LA PINTA DEL PINTA PINZÓN

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El experto navegante palense Martín Alonso Pinzón fue pieza clave en el descubrimiento del nuevo continente al mando de la carabela Pinta, atribuyéndose a Colón méritos que correspondían al palermo, pues sin su apoyo técnico, logístico y económico no hubiera sido posible la conquista del nuevo mundo.

Fue Pinzón por méritos propios sostén de éxitos ajenos, capitán que se enfrentó a la tripulación para resolver dos motines y subalterno rebelde a instrucciones inoportunas que fueron el origen de la rivalidad profesional con el almirante, discrepancias técnicas y enfrentamientos personales con Cristóbal Colón.

Recordemos que fue Pinzón el primero que regresó a España del viaje inaugural a lomos de la Pinta, el 1 de marzo de 1493, atracando en el puerto de Bayona y sin poder informar a los católicos reyes de su llegada, porque tal honor estaba reservado al almirante Colón que llegaría más tarde a Lisboa.

Arribó la Pinta a la costa pontevedresa con la bodega repleta de oro y productos alimenticios, algunos de los cuales recibieron usos distintos a los previstos por el descubridor, pues el maíz acabó alimentando a las vacas y los cacahuetes nutriendo los cerdos, ante el asombro de los papagayos que hicieron el viaje junto a las guindillas.

Pero también trajo la Pinta una maldición bíblica: la sífilis, fruto de los excesos cometidos por los marineros con las mujeres indígenas, que alcanzó al desenfrenado Pinzón, muriendo de tal enfermedad y llevándose al valle de Josaphat los secretos del descubrimiento y el enfado con Cristóbal, que no asistió a sus funerales en La Rábida.

HISPANOS

HISPANOS

Hispano

Un desconocido amigo virtual mexicano que sigue habitualmente este blog, me advierte que en los casi mil artículos publicados en él no he dedicado un solo renglón a los países hispanos en estas páginas. Tiene razón este colega de pizarra que ilustra a sus alumnos en el país azteca y aprovecho que hoy se celebra el “Día de Hispanoamérica” para enviar un abrazo a todos los amigos que compartimos la misma lengua.

Me sobra afecto, simpatía y cariño hacia los países hispanohablantes, pero me faltan conocimientos para hablar de ellos, y mi despiste es mayor del que tuvo Colón cuando pisó aquellas tierras, pues creyó que eran indios de la India los que se encontraba a su paso; cubanos que habitaban China los que vivían en la isla; y japoneses los haitianos.

Luego vinieron las muertes por arcabuz, las explotaciones en las minas de plata y oro, las conversiones a cristazo limpio, los latigazos, las hogueras inquisidoras, la anulación de su matrimonio con la naturaleza y mil fechorías más de los conquistadores, que los cronistas embellecedores de la historia han borrado de sus páginas, dejándose escapar una letrilla del mejor escritor en lengua castellana, recordándonos que el dinero nacía en las honradas indias, venía luego a morir a España y era en Génova enterrado.

Más atento a la conversión de nativos estuvo su hermano Bartolomé que llevó a la hoguera a seis indígenas por enterrar estampas de cristos, vírgenes y santos, para que hicieran el milagro de fecundar las tierras. Y semejante fue la sorpresa del fraile Itzapan al descubrir que los indios adoraban la serpiente y no la Virgen que la pisaba, al tiempo que veneraban la cruz porque representaba la unión de la lluvia con la tierra.

La petición de este amigo virtual me permite recordar que cuando los primeros explotadores, – perdón, conquistadores -, españoles llegaron a la costa mexicana preguntaron a los nativos por el nombre del territorio que terminaban de pisar, respondiéndoles los nativos en idioma indígena que no entendían la pregunta, algo que en lengua maya debió sonarle a los conquistadores, – perdón, a los exploradores -, algo así como “yucatán”, por lo que decidieron bautizar ese espacio costero, – porque entonces se bautizaba todo -, con el nombre de Yukatán.

Igualmente, señalando los esquilmadores un lago, los indígenas preguntaron: ¿”El agua, señor?”, que en dialecto guaraní sonaba “Ypacaraí”, quedando así bautizado el lago que descansa en Paraguay junto a la capital Asunción, para que Zulema y Demetrio hicieran un canto eterno y universal a esa superficie de 90 kilómetros cuadrados de agua interior.

SALVADORES DEL SALVADOR

SALVADORES DEL SALVADOR

Igual que los creyentes tienen sus dioses salvadores en las religiones que profesan, los españoles contamos con un salvador que nos salva de caer en nuevas tentaciones guerreras con su arbitraje, porque los españoles tenemos la rara afición a pelearnos entre nosotros a la primera de cambio, como atestigua nuestra pródiga historia en salvajes contiendas civiles.

Gracias a nuestro salvador – no a la madurez del pueblo, claro – llevamos años limitándonos a intercambiar bofetadas dialécticas, en el marco de una democracia formal patrocinada por él, bastante alejada de la reclamada por sus vasallos.

Nuestro salvador modera los ímpetus primarios heredados de pasados siglos, siendo para nosotros ejemplo de honestidad personal, crisol donde se funden las más altas virtudes, espejo de bondad, paradigma de sacrificio por el pueblo y arquetipo de austeridad.

Pero nuestro salvador puede salvarnos gracias a los salvadores que a él le han salvado. Han sido los errores de sus leales militares, la ambición desmedida de su yerno, el silencio mediático de los publicistas y la discreción leal de los amigos, quienes han facilitado que el salvador continúe salvándonos, aunque no sepamos muy bien de qué nos salva.

Cuando la popularidad del salvador comenzó a desplomarse entre los ciudadanos, unos militarotes amigos – que no militares – consiguieron alzarle a lo más alto pegando tiros en el Congreso a las moscas cojoneras que había en la sala nacional, perforando el techo de nuestras esperanzas en una próxima república.

Cuando los rumores sobre sus dudosas andanzas financieras y desleales escarceos amorosos, comenzaron a circular por los mentideros de todas las ciudades del reino, los medios de comunicación pusieron sordina en sus páginas y guardaron las trompetas.

Cuando más transparencia exigía la democracia sobre las cuentas y andanzas del salvador, sus íntimos Sabino y Colón se llevaron los secretos a la tumba; Conde guarda silencio en “La Salceda” toledana; De la Rosa no abre la boca; los servidores de palacio afirman que su boca no le pertenece y la gran profesional que vive con él no deja de sonreír.

Finalmente, ahora, cuando más se cuestionaba el futuro del salvador con una nota de 4,8 puntos en la encuesta del CIS, su yerno se dedica a poner bombas especulativas cebadas de corrupción en los cimientos de La Zarzuela, consiguiendo que los ciudadanos hayan aumentado la calificación al monarca hasta el Notable en la encuesta publicada por El Mundo el pasado día 2.