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Etiqueta: analfabetismo

ANIVERSARIO REPUBLICANO

ANIVERSARIO REPUBLICANO

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Hace hoy ochenta y tres años que Unamuno proclamó la Segunda República Española en la Casa del Pueblo de la Federación Obrera salmantina, y más tarde desde el balcón del Ayuntamiento, recibiendo vítores y ovaciones de los miles de ciudadanos que abarrotaban el ágora charra, antes de ser nombrado alcalde honorario perpetuo del Concejo salmantino.

En el aniversario de la República, conviene recordar que ésta no tuvo rabo, ni piel de exclusivo color rojo, ni apestaba a azufre recién quemado, ni fue dañina para la salud, ni estuvo contaminada de maldad, ni traicionó nada, ni estafó a nadie, ni tuvo cuernos de macho cabrío, ni topó contra los derechos ciudadanos, ni arañó dignidades nacionales.

Fue la República estímulo cultural, manantial de intelectualidad, fuente de creatividad y esperanza de conquistas sociales, que cristalizaron en la reducción del analfabetismo, el fomento de la participación, la mejora sanitaria, el desarrollo industrial y la consagración de libertades.

Con la Segunda República se revivió en el país un nuevo Siglo de Oro, acumulando escritores, pensadores, músicos, científicos y artistas de reconocida talla mundial, que promocionaron en el mundo la marca España con una fiabilidad muy superior a la pretendida en estos tiempos de impunidad y corruptelas.

Trajo la Segunda República el sufragio universal, las Cortes unicamerales, los jurados populares, la reducción del centralismo, los derechos laborales, la legalización del divorcio, la verdadera aconfesionalidad del Estado y la protección de familias, ancianos, enfermos y niños.

Eso fue la República, y no otra cosa como tratan de hacernos creer los cortesanos a quienes aspiramos a organizar el Estado con una autoridad elegida por nosotros, eliminando privilegios hereditarios propios de tribus perdidas y desvalidas, incapaces de moderarse porque la cultura les falta y les sobra inmadurez.

VICENTE FERRER

VICENTE FERRER

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Existen pocos ejemplos en la historia universal más ilustrativos de personas que aman a los demás incondicionalmente y sin esperar nada a cambio, como el testimonio de vida ofrecido por Vicente Ferrer en sus 89 años de peregrinación por este valle de lágrimas, sin pensar en redenciones eternas.

Cuando este republicano formó parte de un pelotón de fusilamiento, disparó al cielo desobedeciendo la orden de buscar el pecho de los condenados, y dedicó su vida a luchar contra la hambruna, la desigualdad y la pobreza, sin mencionar a Dios.

Misionero laico que colgó los hábitos jesuíticos y renunció a la nacionalidad española para convertirse en un gurú blanco, adorado por miles de campesinos indios que pudieron beber agua de sus pozos, saciar el hambre y liberarse del analfabetismo, sin abandonar el hinduismo, budismo, yainismo o sijismo que practicaban.

Hoy cumpliría noventa y tres años este redentor de la pobreza, capaz de recriminar a Dios que hiciera las cosas tan mal, asegurando que él las habría hecho mejor, si hubiera tenido oportunidad de hacerlas.