SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER
De no haberse producido la fatal desgracia que acompaña a todos los mortales, – por más que numerarios, supernumerarios y “clase de tropa” rogaran a Dios para que prolongara su vida -, este santo barbastrense de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, cumpliría hoy 111 años.
Nunca la Iglesia se dio tanta prisa para acreditar la beatitud de uno de sus fieles, ni la “Obra” pagó tanto dinero para conseguirla, ya que en palabras del sucesor Portillo, la beatificación del III Marqués de Peralta supuso para las arcas de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, la fruslería de treinta millones de pesetas a lo largo de los once años que los tribunales emplearon en las seiscientas reuniones que mantuvieron para dar luz verde a los milagros que beatificarían al futuro San José María Escrivá de Balaguer, el 17 de mayo de 1992, de la mano del futuro San Juan Pablo II.
A partir de ese momento, la Iglesia puso en marcha la turbosantidad del beato, canonizando al abogado diez años después, cuando habían pasado ochenta y cuatro de la visita que Dios le hizo al de Barbastro pidiéndole que llamara a la santidad a todos los hombres, – y mujeres, claro -, abriendo un nuevo camino en la Iglesia con la santificación del trabajo de cada día.
Así fue como emprendió su tarea de llevar al “camino” a todo el que asistía a sus familiares charlas, hasta convertirse en el santo que ahora rezamos todos para que nos libre de algunos extraños miembros de su obra que nos gobiernan, administran, instruyen, enjuician y sanan, aunque no sean todos los que están en la faena de utilizar el gran peldaño de su Obra para subir a la cumbre con su falta de compromiso evangélico, porque también hay santos cotidianos entre ellos.
Un comentario en «SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER»
Amigo Blanco Prieto: No sé si en el Infanta te tiraron los tejos, alguna vez, para que ingresaras en la Obra. A mí nunca. Ni el Opus, ni la masonería, ni el partido comunista. Algo que no les he perdonado a ninguno de ellos. De Escrivá me interesaron sus escritos. Si te atreves con su tesis doctoral sobre la abadesa del monasterio de las Huelgas, te encontrarás con la perla de que es la única mujer con el suficiente rango para desposarse con su santidad, el Papa, si este decidiera contraer matrimonio. Recuerdo con agrado la conversación que mantuvimos en la última comida de los huérfanos sobre la biogafía de Unamuno de Jon Juaristi.
Un abrazo