CON ÉL LLEGÓ LA LUZ

CON ÉL LLEGÓ LA LUZ

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Nunca imaginaron los godos que hacía ellos miraría al arquitecto italiano Giorgio Vasari en el siglo XVI, para dar nombre a la arquitectura gótica, – “propia de godos” – porque los germánicos, – bárbaros del norte -, poco tenía que ver con el arte en sus invasiones italo-hispánicas, siendo los hunos ejemplo del segado de vidas humanas con guadañas, filos de espadas, puntas de lanzas y hendiduras de puñales.

En plena crisis medieval, la sociedad de guerreros rurales y campesinos que rezaba a oscuras en los herméticos templos románicos, dio paso a la burguesía, las universidades y los conventuales frailes, que imploraban al cielo en nuevos recintos luminosos, altos y esbeltos, pasando del arco de medio punto, al ojival.

Pudo ser un día como hoy de 1.144 cuando fue consagrada la primera catedral gótica en un pueblecito cercano a París, en honor a San Dionisio, que los franceses llamaron Saint-Denis, pudiendo verse por primera vez la cara los feligreses, pues con el gótico llegó la luz a los templos.

Esbeltas cúpulas, estilizadas columnas, delgadas paredes, amplias vidrieras y grandes rosetones, coloreaban las plegarias de los fieles con policromados rayos luminosos vivificadores, que hacían más visibles los grandes misterios que siglos después siguen inquietando a los creyentes, porque la luz era energía cercana a la pureza, exaltación de la divinidad celestial, símbolo de ingravidez y elevación de espíritu.

Ello fue posible por la insistencia del abad Suger, regente del monasterio de Saint-Denis, quien pidió a los arquitectos una basílica que hablara a los fieles de Jesucristo como luz del mundo, opaca a las rendijas cubiertas con alabastro, yeso cristalino o celosías de piedra, cegadoras de la luz expelida por el Redentor, que vitalizarían los arbotantes.

ENTENDEDERAS Y EXPLICADERAS

ENTENDEDERAS Y EXPLICADERAS

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La experiencia me ha enseñado que en muchas ocasiones no es posible alcanzar la comunicación deseada con otras personas, bien por incapacidad del emisor para decir lo que quiere decir o por mal entendimiento del receptor que le impide captar adecuadamente el mensaje recibido.

Es decir, que la comunicación exige que emisor y receptor sintonicen sus respectivas frecuencias para evitar interferencias, y alcanzar la sintonía, aunque cada cual emita ondas de diferente contenido, pero en la misma banda hertziana, con el mismo tono y similar razón, aunque sean diferentes las razones de cada cual.

Dicho de otra manera, la comprensión de un mensaje no siempre alcanza su objetivo, debido a malas entendederas de quien lo recibe, o deficientes explicaderas por parte quien tiene la obligación de explicarse bien, aunque unos y otros crean estar donde no les corresponde.

Me ocurrió ayer de nuevo en esta bitácora, cuando traté de exponer las anécdotas y vivencias sentidas por alguien que fue por primera vez a un coso taurino, que muchos amigos criticaron atribuyéndome una taurofilia inexistente, consolándome con que algo parecido le ocurrió al antitaurino Unamuno cuando en la madurez de su vida presenció una corrida de toros en Zamora.

No es la primera vez que me ocurre esto, pues hace unos días pretendiendo enviar un mensaje de optimismo, fue recibido por algunos amigos y amigas como estado pesimista de ánimo, no encontrando a esta divergencia otra explicación que una mala exposición del sentimiento que quise verter, o mala captación del mensaje por quienes tienen la generosidad de leer estas confidencia diarias, vertidas con una pluma en una mano y en la otra un hueso anímico descarnado.

Confieso que esto me inquieta en ocasiones, porque más importante que el mensaje enviado es cómo lo percibe el lector, sobre todo pensando que los visitantes de esta bitácora se acercan a ella con la mejor intención, porque si al otro lado de la pantalla no tuviera amigos que entraran en esta casa, ya la habría cerrado hace tiempo, pero la mantengo porque siento la cercanía de los lectores, como primer paso para el encuentro.

ALTERNATIVA COMO ESPECTADOR

ALTERNATIVA COMO ESPECTADOR

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Invitado por tres conocidos y populares amigos salmantinos, acudí ayer con ellos por primera vez a una plaza de toros, ocupando la contrabarrera que teníamos reservada en plaza de toros de Ledesma, para recibir mi bautismo taurino de la sabia mano de estos grandes aficionados.

La impresión de este neófito es que el espectáculo tiene colorido, sabor a polvo en la lucha mantenida por un trágico muñeco contra la fuerza bruta a ritmo de pasodoble, y complacencia de humanidad espesa que jalea con pañuelos blancos al comisario, censurando con silbidos su escasa generosidad hacia los toreros.

Desfile en carroza de chiquillas coronadas con gesto tímido hasta ser liberadas por los damos con ramos de flores entre aplausos; peñas de jóvenes jaleando el espectáculo; y un cantaor silenciando la centenaria plaza ledesmina con tres coplas a los toreros, a modo de saetas procesionales andaluzas.

Oyendo las explicaciones de mis anfitriones sobre la trágica ceremonia que presenciábamos, no puedo negar al valor ritual de la misma, ni la riqueza de vocabulario que la acompaña, ni la entrega del variado público, ni el juego democrático de la petición de oreja, aunque el presidente tenga la última palabra en esta diversión pentacentenaria.

Y en medio del espectáculo, un golpe de glamour con la presencia del modelo de Loewe y Armani rodando por el suelo en una embestida que alarmó a la condesa de Bornos y Grande España, tras aceptar sonriente el brindis de otro torero entre los silbidos y abucheos de buena parte del público, que Esperanza Aguirre no tomó en cuenta, como si las quejas del respetable fueran para sus vecinos de contrabarrera y la cogida de Cayetano un asunto de menor importancia.

¡Ah!, los que tengan buen ojo pueden vernos a los cuatro en la foto de este digital salmantino, como testimonio de verdad, aunque amigos escépticos no acaben de creérselo.

DUEÑOS DEL PLANETA TIERRA

DUEÑOS DEL PLANETA TIERRA

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Cada palmo de tierra tiene un propietario, pero la Tierra pertenece a unos cuantos amos del mundo, desde que los mercados y las empresas se extendieron hasta alcanzar una dimensión mundial más allá de las fronteras nacionales, con transformaciones económicas globales, fruto de un feroz capitalismo amparado por las democracias liberales, una vez que cayó el comunismo occidental y se dio por concluida la guerra fría.

En poco tiempo, quedaron subsumidas las economías locales en grandes multinacionales, liberándose la circulación de capitales favorecedora de la enfermiza sociedad de consumo que padecemos, gobernada por transacciones financieras, cuentas corrientes y depósitos bancarios en manos de unos pocos privilegiados, que se reúnen periódicamente para mejorar la forma de engordar las huchas con el sudor, trabajo y miseria de la gran mayoría silenciosa, admiradora de los responsables de su tragedia.

La nota más característica de este mundo económicamente globalizado no es el beneficio común, sino la desigualdad y el retorno al siglo XVIII, en medio de un sectarismo que fracciona a los humanos en dos partes excesivamente desequilibradas, debido a la salvaje especulación de un mercado carente de solidaridad, en el que pueden quitarse caramelos a los huérfanos sin mover una pestaña, ni sentir remordimiento alguno.

Urge un rearme ético y la unión solidaria de los pueblos para frenar los beneficios y la especulación, derivada de una ambición desmedida y desvergonzada, porque de no hacerlo seremos devorados irremediablemente por el grupo de codiciosos que realmente gobierna el planeta, aunque a los demás nos dejen jugar con las urnas electorales en irreales democracias occidentales.

Y no soy yo quien esto dice, sino el profesor suizo Jean Ziegler desde su prestigiosa vicepresidencia del Consejo Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

EL MONSTRUO CAPITALISTA

EL MONSTRUO CAPITALISTA

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Por trasnochado que parezca el término capitalista, la situación actual obliga a calificar de monstruoso el capitalismo especulativo que domina el mundo, arrinconando valores humanos y principios morales en el desván del olvido, como se abandonan desperdicios en los estercoleros.

En tal capitalismo, la indiferencia ocupa el espacio de la empatía; silencia el individualismo la hermandad; desplaza la usura a la generosidad; los decretos anulan la justicia social; el desinterés claudica ante la voracidad; la avaricia vence al desprendimiento; el altruismo sucumbe a la codicia; y el egoísmo nubla la solidaridad con la fuerza de un tornado que amenaza el bienestar común.

Sufrimos la voracidad de los buitres especuladores carentes de escrúpulos morales, dispuestos a rapiñar todo lo que encuentren a su paso, especulando con la miseria ajena y abusando del poder que la injusta legalidad les otorga con leyes favorecedoras que un imparable y peligroso incremento de la quiebra social.

El monstruo capitalista especulativo va por libre y circulando sin limitación alguna por las autopistas mercantiles y financieras, apeándose solo para caminar por los barrizales sociales con botas de tachuelas pisoteando lo que encuentra a su paso, sin que el poder político pueda detenerlo porque se ha constituido en Estado por encima de los Estados, para gobernar el mundo con infinito poder invisible, sin pasar por las urnas.

La crisis financiera ha vaciado las despensas de muchos ciudadanos, arruinado el pequeño comercio, expulsado del empleo a millones de trabajadores, desplomado la dignidad humana y quebrando el alma del pueblo inocente que ocupa la aldea global sufriendo las consecuencias de la tragedia, multimillonando la crisis a los multimillonarios que especulan sin escrúpulos con la pobreza de los vecinos.

VERONA TRAJO AL FELÓN

VERONA TRAJO AL FELÓN

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En 1822 se reunieron en la ciudad italiana de Verona los representantes de países santíficamente aliados en alianza: Francia, Rusia, Inglaterra, Prusia y Austria, para preservar sus coronas tras las guerras napoleónicas y la defenestración del emperador francés, con grave daño para España y los españoles.

El Tratado de Verona establecía que los gobiernos representativos no eran propios de las monarquías, que la libertad de expresión perjudicaba a los monarcas y que la religión era la fuerza capaz de conseguir la obediencia de los vasallos a sus reyes, por lo que Luis XVIII decidió auxiliar a su sobrino Fernando «Felón», invadiendo España con cien mil guerreros libertadores, santificados y bendecidos en iglesias francesas.

En tal Congreso acordaron los salvadores universales restaurar el absolutismo en España en la persona del felonazo Fernando VII, cercado políticamente por Rafael del Riego, enviando a la piel de toro Cien Mil Hijos de San Luis el 7 de abril de 1823, que se pasearon por España desde Creus a Tarifa y desde Gata a Finisterre, instaurando en el país la azarosa y malhadada Década Ominosa.

De esa forma, consiguieron las naciones congresistas que nadie tocara sus coronas, garantizando el orden europeo que a ellas les interesaba, alejando a los incómodos liberales de tronos propios y vecinos, para que los ciudadanos se dejaran en paz de peticiones viciosas como exigir libertad, justicia, igualdad y otras zarandajas, tan molestas para el absolutismo que impusieron.

¿IGNORANCIA O MENTIRA?

¿IGNORANCIA O MENTIRA?

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frase-el-que-no-conoce-la-verdad-es-simplemente-un-ignorante-pero-el-que-la-conoce-y-la-llama-mentira-bertolt-brecht-104645

Si el jefe de una organización afirma no esterarse de las corruptelas que suceden en el despacho de al lado, en la tesorería, en la secretaría y en las reuniones, siendo todo ello conocido en los mentideros de las antípodas geográficas, ese patrón no puede seguir al frente del grupo. Pero si tampoco sabe nada de los manejos sucios que realizan sus colaboradores más cercanos que llenan las huchas propias y de la organización con trampas, solo cabe la fumigación política del personaje, por ignorante o mentiroso.

El dirigente que deambule por los pasillos de la organización que preside, más despistado que el emperador romano Claudio o mintiendo más que Pinocho, no está en condiciones de dirigir la empresa, por mucho que se empeñe en seguir llevando el timón de una nave que zozobra en océanos de corrupción, camino del naufragio moral.

Sobra decir que el problema se acentúa si el despistado o mentiroso rige el destino de millones de ciudadanos que no son juguetes, ni muñecos de un guiñol, ni ratones de laboratorio, sea el tramoyista quien sea y del partido que sea, porque el pueblo no se merece inquilinos dormidos en palacios presidenciales, que vayan de un sitio para otro sin saber nada o mintiendo no saberlo.

Por ignorantes o mentirosos, el gallego y la condesa deben abandonar sus sillones, pues ni los más cercanos se creen que un registrador de propiedades ajenas y una caza talentos hayan sido los personajes menos informados de las corruptelas que se guisaban en los figones regentados por ellos, pretendiendo salir inmaculados de la mierda que les rodea aprovechando que son escurridizos como anguilas en aceite y hábiles como trileros de feria que llevan en la cartera más trucos que Tamarit en su maleta.