Hoy, sábado 12 de marzo de 2011 en el calendario gregoriano, abro esta ventana al mundo, recogiendo el guante que me han tendido y aceptando el reto, consciente de los pasos que debo dar en esta larga caminata que ahora empiezo, sin esperar nada a cambio, y sabiendo que no todo irá como deseo.

Como escritor defiendo que en la vida sólo se escriben cartas. Que todos los géneros literarios, en el fondo, no son más que cartas.  Se cambia la forma, el estilo, la extensión o el argumento, pero la historia de la literatura está conformada desde su nacimiento por envíos epistolares, ya que se escribe pensando en los demás, aunque la mayoría de las veces el lector sea desconocido por el escritor.

Cada vez que nos ponemos delante de la pantalla en blanco del ordenador, pretendemos dialogar con alguien. Por eso el mayor problema del redactor no es la falta de inspiración, sino la falta de lectores y, lo que es más importante, conseguir que éstos se emocionen con lo que se les cuenta.

De todo cuanto suceda para mí cercano, expresaré lo que pienso sin titubeo alguno y por derecho. A ello estoy dispuesto si la salud no me falta, el ánimo está conmigo, la inspiración me acompaña, el tiempo me lo permite,  los lectores se complacen con ello y el abandono de los internautas no me obliga a tomar la puerta de salida.

A todos os saludo, doy la bienvenida y deseo suerte.