Una flor obligada a sobrevivir en un jarrón anticipa en los pétalos su ajamiento; un jilguero cantando en la jaula, mensajea con su trino el deseo de liberación; y una persona prendida con imperdible bendición y lazo de firma a otra persona sin desearlo ya por desenamoramiento, acaba dolorida, deshabitada y sin vida propia si no se desprende del prendimiento.