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Mes: noviembre 2015

FELIZ CUMPLEAÑOS, MAESTRO

FELIZ CUMPLEAÑOS, MAESTRO

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Emilio_Lledó

Hoy cumple ochenta y ocho años un pensador clásico español con mente universal, que ha paseado su sabiduría por todo el mundo desde varias universidades, sin renunciar al sevillano barrio trianero que le vio nacer y corretear por sus calles en la infancia, antes de formarse en Madrid y Heidelberg, ejercer el magisterio en La Laguna y Barcelona, sentarse en la Real Academia Española, recoger el Premio Nacional de las Letras Españolas y sentarse en el ovetense teatro Campoamor para recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Don Emilio Lledó es hoy el paradigma del intelectual moderno, comprometido con la sociedad, crítico con el poder, dialogante, erudito sin fisura, sincero por encima de toda componenda, maestro de maestros, trabajador incansable, perseverante en su empeño, independiente de juicio, creativo, respetuoso, polémico, reflexivo, autocrítico y de una integridad moral acorazada.

Es la voz que clama en el desierto, por mucho que el nuevo rey se empeñe en decirle a los políticos, financieros, empresarios, jueces y pueblo que presten atención a sus palabras y atiendan los consejos de este hombre sabio y honesto, que va por el mundo con el romanticismo de un caballero andante.

Para Lledó los libros son la memoria, porque los seres humanos somos fundamentalmente memoria y lenguaje, de forma que si no tuviéramos memoria, no sabríamos quiénes somos individualmente ni colectivamente, por lo que recomienda leer y dialogar en las páginas con los escritores, como le enseñó en Vicálvaro su maestro don Francisco.

Tal vez por eso mantenga sobre su la mesa de estudio la kantiana frase de que “el ser humano es lo que la educación hace de él”, pues somos, nos formamos, nos deformamos y nos transformamos por medio de la educación, estando obligados los gobiernos a mimar la educación como antídoto de todos los problemas sociales, aceptando que la política debe ser, según el texto clásico, “lo más arquitectónico, lo más interesante de la vida social”, porque organiza, armoniza y orienta los distintos deseos e ideas de los seres humanos, debiendo ser el político un hombre decente y justo que se entrega a los demás.

Pensando así, es fácil comprender que don Emilio les exija decencia a los políticos.

HABLE USTED, SEÑOR PUJOL

HABLE USTED, SEÑOR PUJOL

PUJOL 6

Leo en las publicaciones digitales Mil21.es y Mediterráneo Digital, que el ex molt honorable y ex presidente de la Generalitat ha declarado en tono amenazador, que si va él a la cárcel o alguno de su mafioso clan familiar, publicará un dossier que hará caer la democracia, olvidándose este deshonesto señor de anteponer a la palabra democracia el demostrativo “esta”.

Según parece, don Jordi – es decir, el Jordi -, creó un servicio de inteligencia con antiguos agentes del CESID, llamado “Pata Negra”, con la misión bien cumplida de elaborar informes durante años sobre la corrupción y los escándalos en las Instituciones del Estado, que obran en su poder.

De ser esto cierto, solo cabe pedir al jefe del clan que ponga inmediatamente en manos de jueces y periodistas tal dossier, mereciendo con ello el indulto de todas sus penas si con ello provoca la caída de “esta democracia”, facilitando el esperanzador alumbramiento de una democracia real de corte occidental que nos lleve a la transparencia, honradez, libertad, competencia y verdad que todos deseamos.

Hable usted, señor Pujol. Se lo pedimos quienes deseamos ver desterrados a los seudócratas, falsarios, tramposos, politiqueros y estafadores, que han pervertido la democracia con actitudes y comportamientos indignos de una forma de organización social en la que el pueblo ejerce la soberanía y no la pandilla de cuatreros que usted tiene la obligación de denunciar.

Hable usted, señor Pujol, y haga realidad su velada amenaza parlamentaria, para que caigan todas las ramas del árbol y se purifique la democracia. Limpie con el estropajo de la verdad la hipotética mierda que se guarda bajo las alfombras de Zarzuela, Moncloa, Congreso, Senado, Ayuntamientos, Diputaciones, Generalitat, Parlamento Catalán, sedes partidistas, consejos bancarios, juzgados, palacios episcopales y cualquier otra alfombra institucional pisada por indeseables corruptos.

Hable usted, señor Pujol. Hágale ese gran servicio a la democracia. Sea valiente, ponga el ventilador en marcha y no le preocupe armar la gorda, porque será la mejor forma de hacer engordar esta democracia famélica y desnutrida porque los depredadores se han llevado la despensa.

PRINCESA CONDECORADA

PRINCESA CONDECORADA

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La Princesa borbona de Asturias cumplió el pasado 31 de octubre 10 años – ¡Larga vida a Lehonor! – y su papá, el rey borbón Felipe VI le ha regalado como aniversario la Insigne Orden del Toisón de Oro, que todos los borbones han lucido en el pecho desde que comenzaron a borbonear en España.

No es baladí el obsequio del monarca a la hija de la periodista, porque con este paso la heredera real consolida su institucionalización como Princesa de Asturias y futura reina de mis hijos y nietos, si la historia lo permite contra la vocación republicana de los ciudadanos que niegan el derecho a heredar la Jefatura del Estado, exhibiendo el mérito de un parto real, aunque la mamá carezca de sangre azul y no sea hemofílica.

Tan singular regalo pretende dar continuidad a una vieja tradición iniciada en 1.429 por el Duque de Borgoña, Felipe III el Bueno, llegando actualmente a 1.200 los collares entregados por los monarcas, de los que tres de ellos fueron otorgados por el padre-rey a la Reina Isabel II, al Rey de Arabia Saudí Abdullah Abdulaziz, al ex presidente Adolfo Suárez y al francés ¡Sarkozy!

Ahora falta por saber qué día se le impondrá el Toisón a la heredera, porque su abuelo tardó cinco años en ver la insignia sobre el pecho y su padre “El Otorgador” no pudo lucirla hasta los trece años, con su fondo azul oscuro, como el de la bandera del Principado que ostenta la Princesa.

Cuando suceda la imposición, doña Lehonor, quedará protegida hasta su muerte por un carnero, el vellocino de oro, Jasón, Argo, Hércules, Prometeo y todos los borgoñeses que imaginarse pueda, en ceremonia medieval de corte feudal, que sonrojará a los españoles del próximo siglo.

VISITA DE LA PARCA

VISITA DE LA PARCA

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El día de los difuntos es momento ideal para la meditación y el recogimiento en el interior de cada uno, sin más pretensión que mirar de frente a la realidad que espera, más allá de las promesas de permanencia en oníricos espacios de dicha perdurable.

Cuando la parca golpea la piel del alma no hay redención posible. Sólo dolor, apenas consolado durante unas horas por la compañía de familiares y amigos con quienes lloramos nuestra propia muerte oyendo doblar las campanas, sabiendo que todos estamos a la puerta del abismo, sin querer dar el paso definitivo hasta que el destino nos empuje, – según dice el cuento -, a la felicidad eterna.

Si tal promesa la tuviéramos realmente por cierta ¿Por qué tanto dolor ante la muerte de un ser querido, si quien abandona este mundo lo hace por voluntad divina para gozar eternamente de la mayor felicidad? ¿Por qué tanta lágrima si volveremos a encontrarnos con los desaparecidos en felices paraísos, permaneciendo ya juntos varias eternidades?

Si alguien tiene respuestas que nos las dé, porque de lo contrario seguiremos dudando de inescrutables destinos celestiales, pensando que la historia humana está jalonada de cuentos alojados en la sinrazón de una credulidad increíble, contradicha por millones de años de historia de la humanidad, sin evidencia alguna de paraísos celestiales, ni de otra realidad que la nada de donde procedemos.

Tal vez por eso, cuando alguien se nos va llega a nosotros San Manuel Bueno con el hisopo en la mano dispersando agua bendita sobre su propio escepticismo y recitando una plegaria, mientras el ejecutivo se afloja la corbata; el vagabundo inclina la cabeza; el solitario busca una huella; el carcelero olvida las llaves; el mendigo anota la hora; el militar se quita las espuelas; el arzobispo cede su báculo; el enamorado desespera; el intelectual dispersa el libro sagrado; el moribundo baja la escalera; el clérigo cierra el catecismo; el maestro se aleja; y el cuenta-cuentos, al fin,  …. calla.