AUSTERIDAD, ¿PARA QUIÉN?
Sin dar tiempo a que nuestro presidente del Gobierno dijera que la crisis económica tocará este año a su fin, el jefe del influyente Instituto económico alemán recomienda la devaluación de sueldos y una bajada del 25 % en los precios, proponiendo la germanización del país y asegurando que la austeridad va para largo. ¡Bien por el chico!
No sé si Hans sabe lo que dice, cuando dice lo que dice, porque no estamos dispuestos a mortificar más los sentidos y pasiones, es decir, a castigar físicamente el cuerpo con penitencias y castigos propinados por quienes desconocen la mortificación, el tormento y sacrificio.
Austeridad, ¿para quién, herr Werner? ¿Para el pueblo harto de sufrir, mientras los depredadores sonríen complacidos? ¿Austeridad para millones de ciudadanos que tienen las venas resecas y no les queda ni una gota de sangre que donar? ¿Austeridad para las personas a quienes solo les resta el alma en propiedad porque han tenido que vender el esqueleto y las córneas?
¿Para quién la austeridad, herr Sinn? ¿Para los desahuciados que ya no tienen ni techo donde cobijarse? ¿Austeridad para los jubilados estafados con las “preferentes”? ¿O austeridad para los enfermos crónicos dependientes de la generosidad ajena?
¿Para quién es la austeridad que exige el presidente del IFO? ¿Para usted, señor Hans Werner Sinn? ¿Pide usted austeridad para su patrona Merkel? ¿O para la insolidaria clase privilegiada que visita los paraísos fiscales? No creo que usted pida austeridad a los banqueros, defraudadores, especuladores y millonarios que toman piña colada en la cubierta de sus barcos.