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Mes: mayo 2012

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

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Una de las peticiones más coreadas por los “indignados” estos días y compartidas por la gran mayoría de ciudadanos, es la sustitución de todos los políticos por ciudadanos honrados, generosos, capacitados y apartidistas que nos gobiernen, es decir, sustituirlos por Políticos, así, con mayúsculas.

Los electoreros y la ausencia de políticos ha llevado a muchos ciudadanos a la perversión conceptual de confundir Políticos con politiqueros, sin darse cuenta que nada tienen que ver unos con otros.

Los Políticos son tan necesarios para la convivencia social, la gestión pública y la administración económica de los bienes comunes, que la ausencia de esta especie extinguida es la causa fundamental de crisis que padecemos.

En la sociedad se ha producido una mutación genética social por la cual una especie necesaria para el bienestar y el progreso colectivo ha mutado a una casta aborrecible de incompetentes individuos sin escrúpulos, capaces de quitarle un caramelo al primer huérfano que pase a su lado.

El cambio ha sido transformar el Político en politiquero y las elecciones en electorería, sin que el diccionario haya incluido los nuevos términos en sus páginas para aclarar las ideas al personal, por lo que nos toca hacerlo a quienes confiamos plenamente en los Políticos y así queremos explicarlo porque el político extinguido nada tiene que ver con el politiquero dominante.

El Político se sacrifica por el pueblo, el politiquero sacrifica al pueblo.

El Políticos sirve al pueblo, el politiquero se sirve del pueblo.

El Político persigue el bien común, el politiquero su propio beneficio.

El Político vive de su trabajo, el politiquero del trabajo de los demás.

El Político ostenta competencia, el polítiquero exhibe su carnet del partido.

El Político es honrado, el politiquero vive de la corrupción.

El político es veraz y sincero, el politiquero vive de la mentira.

Seguid vosotros, amigos….

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Seguirá siempre con nosotros el novelista mexicano Carlos Fuentes, aunque la parca detuviera ayer los pasos de forma inesperada a la puerta de su casa, para llevarse de un tajo los 83 años de vida que pasó boxeando con las palabras.

No ha muerto Carlos Fuentes por mucho que las agencias de noticias se empeñen en difundir la mala nueva de su fallecimiento, las notas necrológicas inunden los periódicos y la red quede bloqueada con recuerdos a él, como el que hoy ocupa mi bitácora.

En la historia de los premios Cervantes y Príncipe de Asturias quedará la memoria del mejor novelista que México ha dado a la Humanidad y su obra hará inmortal el pensamiento de quien “hubiera matado a Hitler con gusto”.

 El sureño barrio de San Jerónimo enmudece hoy y las colas a la puerta de su casa hablan de la resurrección en la memoria colectiva de quien nos contó como nadie supo hacer, “La muerte de Artemio Cruz”, hablándonos de “Terra nostra” para hacer de su tierra la patria común de todos.

Amó tanto a su país que mantuvo la crítica al nacionalismo oficial durante años, censurando todo aquello que no beneficiaba a su patria adoptiva, tierra de sus padres, y supo mantener la dignidad del pensamiento hasta que sus esperanzas se diluyeron en la hemorragia interna que se lo ha llevado por delante.

Vivirá Carlos Fuentes entre nosotros mientras haya ojos que lean, mentes que piensen y corazones que sientan. Vivirá y nuestra gratitud será eterna, porque inmortal es su legado.

ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

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Entiendo lo que sucede, es decir, tengo ideas claras sobre la situación de crisis que padecemos, pero no comprendo la falta de respuesta ciudadana a lo que está ocurriendo, ni acepto la incompetencia de los políticos para dar con la solución.

Parece claro que todos somos responsables de la recesión que nos aplasta, pero no todos  en el mismo grado. Y resulta curioso que los más culpables de ello, sean los únicos beneficiarios del problema.

Digo esto porque los ciudadanos que han vivido por encima de sus posibilidades, ahora están pagando con desahucios los excesos cometidos. Los empresarios están pagando sus excesos con el cierre de empresas y la ruina personal. Pero, ¡ay amigos, los bancos! Ellos que se pasaron cuatro pueblos en tiempos de bonanza propiciando la catástrofe, están recibiendo millones de nuestros euros para seguir especulando con la desgracia que nos aflige, amenazando con la muerte si falla el sistema financiero. Ya, ya.

Si el origen de todo está en la deuda pública fruto del despilfarro y la corrupción, ¿por que ningún político ha sido condenado a cadena perpetua?. Es decir, que el Estado, las Autonomías y Ayuntamientos han tenido que pedir dinero anticipado a las entidades bancarias, para ofrecer servicios públicos megalomaniáticos, imposibles de pagar con la recaudación de impuestos, pero aquí no ha pasado nada.

Lo grave es que el dinero que ahora se está está pidiendo no es para nuevas inversiones, sino para amortizar la deuda ya contraída, lo cual significa que estamos pasando el “marrón” a nuestros jóvenes, que sin tener culpa alguna deberán pagar nuestra deuda, hipotecando su futuro.

Así las cosas, resulta que el Gobierno emite deuda, – es decir, pide euros -, al tiempo que rescata los bancos dándoles nuestro dinero, para que ellos se lo guarden y especulen en los mercados financieros, multiplicando el patrimonio de sus gestores y negándose a dar créditos que dinamicen la economía nacional. Bien por los chicos.

Por otro lado, las mismas entidades reciben también dinero nuestro a través del Banco Central Europeo al 1 % de interés, y lo utilizan para comprar deuda pública al 5 %, con un beneficio limpio y garantizado de cuatro puntos, porque si hay algún problema ahí está el fondo de rescate que también hemos puesto entre todos. Tiene gracia.

Parece ser que la solución pasaría por la nacionalización bancaria y que el Estado controlara el poder económico, pero sucede al revés: es el mundo financiero quien da instrucciones al gobierno, atándolo de pies y manos mientras a nosotros nos encadena en una galera que se hunde irremediablemente con nosotros en la bodega.

Comprenderán ustedes que llegando al final siga entendiendo todo, sin comprender nada, y me suba al carro de combate de mi amigo Ángel para tomar juntos la Bastilla.

CARTA A LOS JÓVENES

CARTA A LOS JÓVENES

He pasado mi vida con vosotros y en vosotros mantengo la esperanza de victoria en la lucha que tenéis contra la degeneración moral, la falta de solidaridad, la corrupción política y el abuso financiero, que han llevado a la frustración a una sociedad defraudada, engañada e indignada con la situación impuesta por los beneficiarios de la catástrofe.

Os escribo para deciros lo que nunca pude imaginar, porque jamás pensé que algún día tendría que pediros perdón en nombre de la generación que está cercenando impunemente vuestro porvenir, hipotecando el futuro que os pertenece y provocando el fracaso de un sistema que devora toda esperanza, como Saturno hizo con sus hijos.

Os escribo porque estáis a tiempo de evitar que el maleficio llegue también a vuestros hijos y a los hijos de vuestros hijos, actuando contra los mantenedores de una plutocracia que sólo a ellos beneficia, por mucho que quieran embaucaros con falsas necesidades de sacrificios que a ellos no alcanzan, y amenazas de hecatombes inexistentes.

Os escribo porque sólo de vosotros puede venir el renacimiento de la esperanza colectiva en una sociedad más libre, justa y solidaria y el resurgir de un nuevo amanecer, porque a los jóvenes honorarios como yo nos falta el empuje y la generosidad que a vosotros os sobra, para hacer posible la utopía de un mundo más humano, alejado del mercantilismo feroz y la especulación más voraz.

Os escribo para animaros a coger con fuerza los remos de la barca en la que estamos a punto de naufragar y a remar contracorriente para invertir el rumbo que imponen quienes llevan el timonel, dejándose llevar y sin realizar más esfuerzo que el sostenerse en la falsa amenaza de que sin el actual sistema acabaríamos ahogados.

Os escribo estos días de concentraciones callejeras sabiendo lo mucho que os tocará hacer y sufrir en horas tan duras, donde la valentía marcará vuestro destino si conseguís desterrar la perversión ética y estética que se ha extendido entre la reducida casta de privilegiados que dirigen nuestras vidas en beneficio de las suyas.

Os escribo confiando en que vosotros haréis la revolución pacífica que abrirá nuevos horizontes a la siguiente generación, como han hecho siempre los jóvenes a los largo de la historia. Pero usad la inteligencia en vuestra lucha para evitarle trabajo a las porras y los jueces. Estad atentos a esquiroles y reventadores. No caigáis en provocaciones. Y demostrad a los escépticos que no sois perroflautas despreciables, ni porroflautas adormecidos, ni alérgicos al agua, ni estudiantes perpetuos, sino jóvenes comprometidos dispuestos a cambiar un sistema político, social y económico que os está dando con las puertas en las narices.

DEPREDADORES

DEPREDADORES

El problema de Bankia, cuya versión real de los hechos sólo es conocida por los responsables de la quiebra y sus amigos de Génova, lo ha resuelto el Gobierno con una nacionalización de tres al cuarto, para maquillar las formas y tranquilizar al pueblo, que rechaza la explicación oficial, porque conoce bien la causa del fiasco.

Tranquilos, por tanto, que en este descalabro financiero todo está desatado y bien desatado, a diferencia de lo sucedido con la crisis general, en la que nadie sabe dónde está el dinero que se ha esfumado por arte de magia negra.

En Bankia tenemos claro el mangui, aunque tanta claridad irrite a los millones de indignados con pedigrí y sin él, que marchan abatidos con la pesadumbre bajo el brazo por la calle de Alcalá, declarando la insumisión a las corbatas.

Echando unas cuentas que han fundido las calculadoras, llegamos a la conclusión de que un grupo de ocho depredadores, – como muestra de otros cientos -, se han llevado “legalmente” en la mochila los 10 millones de euros que necesitamos  para sanidad y educación. Digo legal, porque ahora se mete la mano en la caja de forma autorizada y pública, sin que nadie pierda la vida en el intento.

Sí, verán, este ramillete ejemplar. El señor Blesa se llevó 1.800.000 euros  de la gallina de los huevos de oro, en concepto de indemnización. Olivas, expresidente de Bancaja y dimitido de todos los cargos en Bankia, recibe 800.000 de euros anuales por dirigir una Caja inexistente. El señor Amat se llevó 6.000.000 de indemnización al abandonar la entidad. Fernández, de la CEOE, cobra 263.000 euros anuales; Ponga, 326.000; al igual que otros quince altos cargos de Bankia afiliados al Partido Popular.

Afortunadamente, no hay ciudadanos de izquierda en el Consejo de Administración, pero asiste a las reuniones un tal Virgilio Zapatero que lleva una rosa en la solapa junto al bolsillo de la chaqueta donde mete los 339.000 euros que se lleva, y un tal Moral con el carnet de Izquierda Unida en la boca que mete en la bolsa 455.000 euros. Y el sindicalisto ugetista Martínez que se conforma el pobrecito con  186.000 euros simplemente.

Y que nadie pierda los nervios con el reparto porque habrá recompensa para todos los que faltan, pues aún le queda a Bankia  dinero para “rato”.

UN AÑO INDIGNADOS

UN AÑO INDIGNADOS

La celebración del aniversario del 15-M no debe ser para recordar el movimiento ciudadano surgido hace un año, sino para relanzar la lucha contra una situación que lejos de mejorar, cada día nos hunde más en el fango, mientras los responsables de la crisis sobrevuelan las tierras movedizas que terminarán por engullir a los inocentes de la tragedia.

No es el enriquecimiento fácil de unos pocos a costa de los demás, ni el abuso de empresarios sobre trabajadores aprovechando la demanda de empleo, lo que preocupa. Ni siquiera los 430 puntos de la prima de riesgo o los porrazos, gomazos y pelotazos que les esperan a los más comprometidos del movimiento 15-M.

Tampoco inquieta la corrupción que campa por sus respetos. Ni la dudosa honradez de los parientes reales. Ni los usureros que explotan la forzada miseria de los desfavorecidos. Ni el infamante despilfarro autonómico.

No es culpable de la frustración el nepotismo reinante. Ni la incompetencia instalada en despachos oficiales. Ni el amiguismo como forma de selección de los empleados públicos. Ni el favoritismo discriminatorio. Tampoco perturba la degradación moral y falta de ética social reinante.

Ni siquiera el silencio de la Iglesia ante la tragedia nos afecta. Ni los retrasos en las sentencias judiciales. Ni el descaro de los tramposos. Ni las enfermizas amputaciones sanitarias. Ni los incultos recortes educativos.

Todos son hechos que ocurren, por mucho que escandalicen la ética más rudimentaria. Episodios que causan dolor en las más puras entrañan y provocan la indignación ciudadana, aunque nadie se atreva a tomar la Bastilla.

Indigna la impotencia de no tener las llaves de las cárceles para meter en ellas a todos los delincuentes de guante blanco y a los mentirosos de palabra falsa que andan sueltos por los despachos.

Indigna la frustración de no poder acabar con Ayuntamientos cuyo único vecino es el alcalde, Diputaciones dislocadas, Autonomías despilfarradoras y Senado inoperante.

Indigna no poder evitar el gasto en indemnizaciones millonarias; en sueldos desproporcionados a consejeros; y en ofensivos privilegios políticos que gozan quienes no los merecen.

Indigna el fracaso colectivo de millones de ciudadanos incapaces de coordinarse y unir esfuerzos para desterrar los desvergonzados mamones que chupan sin escrúpulo ni conciencia de la teta común, y a políticos incompetentes que no buscan más solución que su futuro.

Indigna que pase el tiempo sin desgranar el último pétalo de la margarita para evitar el tornado que zarandea el país amenazando con devastarlo todo, porque aquí nadie va a ganar como no ganemos todos.

ER FÚRBOL

ER FÚRBOL

Ha caído un gran telón sobre la piel de toro, ocultando transitoriamente la tragedia nacional que nos embarga, aliviando con balón de cuero y secreto de margarita la  undécima plaga bíblica que nos mantiene en un profundo estado depresivo a causa de la atenazante crisis económica y anímica que nos embarga.

Por unas horas se han olvidado millones de parados, que están parados. Ha pasado a segundo plano la fractura entre trabajadores y empresarios. Se ha arrinconado en el desván la revuelta social que se avecina. Y las medidas de ajuste que ahogan al vecindario se han ocultado bajo el plasma televisivo.

No sé si todo ello será bueno, pero el mal entendimiento teatralizado en el Parlamento se ha frivolizado entre políticos partidarios de escuadras diferentes. La falta de soluciones eficaces para salir de la crisis se ha sustituido por propuestas tácticas futbolísticas. Las discrepancias se han diluido a gritos en el vaso de cerveza. Y los éxitos o fracasos de los ídolos se han transformado en risas o lágrimas de los paganos que no sacan beneficio alguno del negocio.

No sé si todo esto será bueno, pero a mí me ha rejuvenecido y se lo agradezco a los promotores del despiste. Quiero decir que los eventos futboleros me trasladan a recientes épocas pasadas en que tales maniobras de distracción eran utilizadas torticeramente por los propagandistas del régimen como adormideras del pueblo.