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Etiqueta: Urbizu

NO VALE TODO

NO VALE TODO

Acabo de recibir en mi buzón un correo electrónico enviado por el buen amigo Santiago con una inquietante noticia que ha agitado mi ánimo, apenas consolado por la acuerdo mutua que compartimos de censurar la procacidad de una ex-concejala.

Inmediatamente, he dejado de revisar el libro que presentaré el día 17, y he abierto la página en blanco del Word para desahogar el sentimiento de fracaso humano que me embarga porque, en ocasiones como esta, uno se avergüenza de la raza a la que pertenece.

Que el bilbaíno Urbizu pusiera como título a una de sus películas “Todo por la pasta”, se comprende en el marco de la ficción cinematográfica. Pero que los servidores públicos hagan de esa frase su vida, causa estupor y cólera.

Que muchos prefieran rebozarse en la mierda que destilan los plasmas televisivos, donde por la pasta todo vale, puede llegar a comprenderse, pues los datos de analfabetismo en España están falseados en las estadísticas.

Que los desfavorecidos busquen favores por las esquinas y mendrugos de pan en los contenedores para sobrevivir, es algo con lo que estamos lamentablemente acostumbrados a convivir, aunque sirva de consuelo la inminente revolución.

Pero que un político, – en este caso política -, arrastre la ética por el suelo y disfrute como rata en estercolero, es excesivo.

Aquí les dejo la afrenta que la aspirante a Cortes, Francisca Pol Cabrer, ha difundido urbi et orbi, desde el Ártico a la Antartida, ultrajando a una ministra de su gobierno, a una ciudadana española y persona de su mismo género, en un alarde de maldad y despreciable machismo que todo bien nacido ha de reprobar.

Para la ofensa pública no hay “ámbito coloquial” que valga, señora Pol. Y para el daño intencionado no hay disculpa, sino rendición de cuentas.

Espero que los dirigentes de su partido la fumiguen, haciéndola desaparecer del mapa político, porque personas como ella no merecen un escaño en nuestra Casa Común.

Mal gusto, estética decapitada y sensibilidad de galápago, definen a quien aspira a representar a los mallorquines en la Cámara Alta.

No todo vale, Paca, y es tiempo de poner coto tales desmanes, porque de lo contrario pensaremos en ocultas complicidades y corruptelas generalizadas, que nos llevarían a pensar que todos los políticos son iguales.