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Etiqueta: Unamuno

MAESTRO UNAMUNO

MAESTRO UNAMUNO

Nueva conferencia ayer en Salamanca para hablar sobre el maestro Unamuno, en un selecto foro donde un grupo numeroso de profesores e intelectuales salmantinos optaron por asistir a la disertación en vez de presenciar un partido de fútbol, máximo rival que encuentran los actos públicos de todo tipo.

Entre todos los términos posibles para designar la actividad desarrollada por don Miguel durante los cincuenta y dos años que impartió clases, ninguna hay que defina mejor lo que fue y quiso ser, que la de maestro.

Maestro vocacional, porque Unamuno no podía haber sido otra cosa. Vocación que llevó más allá de las aulas, haciendo de su obra un foro de concienciación y cultura, donde la inquietud por la enseñanza y su tenaz empeño en educar fue el sustrato que alimentó cada una de sus páginas.

El soplo liberal que tanto necesitaban las aulas salmantinas fue dado por Unamuno con cierto coste personal debido a la oposición frontal que sufrió por parte del integrismo tradicional dominante. Su condición de vasco, joven, liberal y socialista, contribuyó a las hostilidades; los artículos como publicista multiplicaron las críticas; la proximidad a profesores progresistas le separó de la mayoría de claustrales; y su compromiso con la verdad fue causa de múltiples alejamientos personales.

Autoridad de maestro, basada en la competencia personal y el amor a la enseñanza, llegando a ser padre de una inmensa prole intelectual diseminada por el mundo,  “hijos espirituales” alimentados con su doctrina y compromiso moral, a los que transmitió lo mejor de sí mismo, haciendo vocación en todos ellos.

Agitar las conciencias, despertar espíritus dormidos, romper las almas anquilosadas, activar la monotonía intelectual, triturar el aburrimiento vital, renovar la vulgaridad mental y estimular el ambiente cultural, fueron ocupaciones diarias de este inconformista.

Pedíales a los estudiantes libertad de pensamiento, imaginación creativa e inconformismo intelectual para cuestionarlo todo, poniendo en tela de juicio lo que pareciera más asentado y axiomático, sin aceptar postulado alguno si querían gozar de una visión real de la vida, dándoles responsabilidades intelectuales no siempre alcanzables y pidiéndoles tolerancia, ajena a todo dogmatismo.

Leal a su profética misión de enseñar educando. Sincero en sus planteamientos y honesto en sus actitudes. Cortés, amable y educado en gestos y modales. Riguroso cumplidor del horario, eficaz gestor de actividades en el periodo lectivo y, finalmente, sabio como pocos lo han sido el los ochocientos años de historia de la Universidad salmantina, con una erudición apabullante.

Todo eso fue el maestro Unamuno antes de esconderse en el pecho del padre eterno, dejándonos, como lema de lucha, la defensa de la verdad por encima de la paz.

14 DE ABRIL

14 DE ABRIL

Hace hoy ochenta y un años que Unamuno proclamó la 2ª República española en Salamanca desde el balcón del Ayuntamiento, poco antes de ser nombrado Alcalde Honorífico a perpetuidad por todos los concejales asistentes al pleno municipal.

Título honorario del que fue desposeído la tarde del 13 de octubre de 1936 tras el incidente con Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad, regida por don Miguel. Han pasado los años y, finalmente, el sentido común ha ocupado el lugar que corresponde en las cabezas de nuestros ediles, y por unanimidad han decidido este año restituirle el acta de concejal, entregarle la medalla de oro de la ciudad y nombrarle hijo adoptivo de la villa salmantina.

Algo bueno se mueve en el Consistorio charro desde que lideran gobierno y oposición personas inteligentes, dialogantes y sensatas, después pasar un seco desierto democrático, con enfrentamientos vecinales provocados por quien tenía la obligación de evitarlos y con un despotismo en la gestión digno del sectario que ahora disfruta la canonjía senatorial.

Hace un año inserté en este blog el histórico discurso pronunciado por Unamuno a las seis de la tarde del 14 de abril de 1931, que concluyó diciéndole a los  salmantinos: “Permitidme la arrogancia de que sea yo quien proclame la República, en esta Plaza”.

Cierro el aniversario con la misma reflexión, porque aún hoy existen españoles que asocian el régimen republicano a la izquierda revolucionaria, al vandalismo y al desorden, sin percibir que la República no es más una forma de organizar el Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos de izquierdas y derechas, eliminando privilegios hereditarios propios de poblados medievales, donde la cultura no alcanzaba y la madurez faltaba.

UNAMUNO EN EL CASINO

UNAMUNO EN EL CASINO

Conferencia ayer por la tarde en el Casino de Salamanca para abrir los actos conmemorativos del 75 aniversario de su muerte. Dejo a los asistentes la opinión sobre lo visto y oído, para decir a los lectores de este blog que Unamuno fue presidente, contertulio y compañero de tapete en el salmantino «Casino de los señores», que se decía en sus tiempos, para distinguirlo de los otros casinos de la ciudad. Presidente de pasada, pues apenas duró tres días su mandato ya que los militarotes Primo de Rivera y Martínez Anido le desterraron a Fuerteventura tres días después de ser elegido para dirigir la Institución el 17 de febrero de 1924.

Contertulio durante treinta y cuatro años en el Casino, cumpliendo la vocación de comunicador que ejerció en el aula, y allí donde tuvo oportunidad de pegar hebra. En Bilbao con los amigos de El Bulevar y los socios de El Sitio; en Madrid, en la Cacharrería del Ateneo o en La Granja del Henar de la Revista de Occidente; en la Rotonda parisina con Blasco Ibáñez; en Cantabria con José María de Cossío; y en Fuerteventura con Soriano y Castañeira.

Aficionado a los juegos de naipes, especialmente mus, tute y tresillo, acostumbraba a llevar una barajita en el bolsillo con la que hacía solitarios. Y disfrutaba más sobre el tapete verde ganando un envite a pares jugando al mus, que discurseando en las tribunas. Pueba de ello son estos versos del Cancionero:

“El mus trilingüe de Hendaya / dos a dos en un combate / “¡paso!” “¡envido!” “¡cinco más!» / el arte está en el descarte. / Grande, chica, pares, juego /y los boxeos verbales / cerner el azar es suerte / de donde la gloria nace”.

Fue el Casino la única Institución que no lo apartó nunca de sus filas, la que siempre conservó su memoria y la única que le homenajeó en tiempos de sequía, cuando la dictadura ponía mordaza y el miedo atenazaba los corazones.

OCUPACIONES DICHOSAS

OCUPACIONES DICHOSAS

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Fue ayer un día de felices compromisos junto a unamunianos amigos. Por la mañana apertura de los actos en homenaje a don Miguel en el Casino, cuyo programa dejé colgado en este blog, y por la tarde conferencia en el Ateneo.

Así lucido estaba el patio renacentista del Casino de Salamanca cuando Pablo de Unamuno, el nieto de don Miguel, nos agradecía a Alberto Estella y a mí la organización de todos los actos que hemos preparado a lo largo del año, con intención de homenajear a un personaje tan singular, sabio y honrado como don Miguel de Unamuno y Jugo.

Aquí podéis ver la «tribuna de personajes ilustres» (disculpad la broma) que asistimos a la inauguración: Estella; quien esto escribe; Manuel Tostado, diputado de Cultura; el concejal de Cultura; Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo Unamuno; y Agustín Casillas, escultor que hizo el busto de don Miguel que retornaba al lugar donde tuvo su tertulia en el Casino.

Por la tarde, conferencia en el Ateneo salmantino sobre quehaceres docentes de don Miguel. Charla amena e interminable por el interés con que los/las asistentes/as participaron en el coloquio, para concluir con un bonito regalo que conservaré con afecto y gratitud.

 

 

 

 

Dentro de unas horas explicaré cómo ha ido la conferencia que pronunciaré hoy a las 20:30 horas en el Casino, recordando lo que pocos conocen, pues hablaré de la vínculos de don Miguel con el Casino y de las actividades que realizó en la Institución, intentando deshacer algunos mitos y errores que sobre ello se ha publicado. Mañana os cuento.

CÉLULAS INCONTROLADAS

CÉLULAS INCONTROLADAS

Escribía Unamuno en su Diario íntimo: “Cuando uno está tísico evita su familia el decírselo y trata por todos los medios de engañarle para no decirle que le queda un año o unos meses de vida. ¿Son más cuatro, cinco, diez años, que uno? ¿No somos todos tísicos? Pocos piensan en que todos estamos condenados a muerte”. Haced con esta reflexión lo que mejor os parezca.

En tiempos bíblicos, el cáncer sería una plaga enviada por Dios para castigar anualmente a ocho millones de sus hijos e hijas por los pecados cometidos. Hoy, en cambio, sabemos que es un torpe certificado de defunción, firmado por unas células incontroladas que deciden crecer y multiplicarse de forma enloquecida, desafiando toda lógica y conculcando las leyes de reproducción celular.

Células incontroladas que van a su antojo paseándose por vasos linfáticos y sanguíneos, haciendo impunemente de las suyas, plantando el campamento base donde se les antoja sin solicitar permiso al propietario del terreno, arrasándolo todo como caballos de Atila, inoculando temores en los corazones afligidos y destilando lágrimas de impotencia en propios y extraños.

Células incontroladas que se agrupan en una masa amorfa llevándose por delante todo lo que encuentran a su paso y lo que está al borde del camino.

Células incontroladas que se reproducen más allá de lo razonable invadiendo los tejidos del huésped donde se alojan y el alma de quienes le rodean.

Células incontroladas que humillan la sabiduría humana, incapaz de dar con el líder de la manada escondido en la sangre, para llevarlas a todas al suicidio.

Células incontroladas que se cuelan de rondón en nuestras vidas sin que nadie las invite ni previo aviso de llegada, para amargarnos la fiesta de la vida.

Detestables células incontroladas que controlan caprichosamente nuestra vida y los sentimientos de las personas que amamos.

A quienes ya recibieron la visita desalentadora de tan repugnantes criaturas y fueron con dolor despedidos, vaya nuestro recuerdo inolvidable. A las personas que hoy conviven con ellas en silencio, enviamos nuestro apoyo solidario esperando que tales bichos sucumban a la radio-quimio. Y a los que estamos en la sala de espera nos queda la inevitable resignación de saber que si no vienen ellas a buscarnos, alguien se acercará a por nosotros.

Pero a todos los que aún estamos por aquí, envío el deseo de que tengamos un feliz tiempo de espera en este solidario sábado 4 de febrero en que celebramos la jornada mundial contra el cáncer.

DON MANUEL

DON MANUEL

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Recibo un correo de mi querida Sofía, amiga que abandonó su Galicia natal para dejarse la piel en Bolivia liberando de la miseria a los desfavorecidos hundidos en la pobreza. Me pide Sofi que dedique un artículo a la memoria de Manuel Fraga y voy a hacerlo, sabiendo que mis palabras van a decepcionarla, porque sé lo que piensa del personaje y los piropos que le dedica, como yo hice hasta los meses de su arrepentimiento.

Siempre he dicho lo que pienso sin esconderme y ahora tampoco voy a fingir la voz, aunque me lleve un arañazo por olvidarme de Grimau, de Ruano, de Montejurra , de las víctimas del franquismo y de los cinco obreros muertos en Vitoria cuando Fraga era responsable de la cartera de Gobernación.

Puse 788 páginas de un libro al servicio de los últimos años de la vida de Unamuno, por entender que en ellos se encontraba el verdadero Unamuno, el hombre sedimentado por la experiencia de vida después de muchos vaivenes, quehaceres, dudas, ilusiones, decepciones, errores, esperanzas, disgustos, dolores, sudores, pesares, aplausos y silbidos. Y eso voy a hacer con Manuel Fraga Iribarne.

Mi discrepancia ideológica con él me lleva a rechazar su posición política, pero mi vocación al esfuerzo me impide negar su singular capacidad de trabajo. Mi crítica a “hunos” y “hotros” siempre que han sometido los intereses comunes al bien propio, me acerca al hombre que nos pidió a todos tirar juntos del carro. Mi relación sincera con personas de izquierda y derecha me lleva a felicitar a Fraga en la presentación que hizo de Carrillo en el Club Siglo XXI, dándole a la derecha más rancia un ejemplo de convivencia que reforzó abrazando a Fidel Castro. Y su concepto del Estado convendría que fuera imitado por políticos de pacotilla y politiqueros.

Lo siento, Sofía, pero el último Fraga nada se parecía al “amo de la calle”, ni al enemigo del marxismo, ni al látigo del separatismo, ni al ciclón del insulto y el despotismo. Fue protagonista de las tres etapas más complejas de la moderna historia de España: el franquismo, la transición y la democracia. Intelectual venido a político que llegó a ser el político más intelectual. Franquista que reformó el franquismo desde dentro. Verdadero animal político, megaterio que pasó más de sesenta años dedicado a la vida pública, con tiempo para eliminar la censura previa y llenar el país de Paradores, impulsando nuestra mejor industria, sin llevarse ni un duro que no le perteneciese.

Observando a sus alevines, es obligado recordar a quien dijo “verdades sin condón”; a quien pidió ser recordado como «un hombre de bien»; a quien puso el mayor empeño en «unir y no desunir»; a quien un año antes de morir “pidió perdón a todos” por sus errores, complicidades y omisiones.