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MIGUEL SERVET

MIGUEL SERVET

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Unknown

Aragonés de nacimiento y europeo vocacional, Miguel Servet pasó toda su vida viajando, estudiando, debatiendo, escribiendo y llevándole la contraria a los amos de la verdad, hasta que estos se cansaron de aguantar contrariedades y decidieron quemarlo vivo en la plaza pública para que callara de una vez.

Semejante brutalidad sucedió en Ginebra un día como hoy de 1553, patrocinada por Calvino, apoyada por el Consejo de la ciudad, amparada por las Iglesias Reformadas de los cantones helvéticos y aplaudida por los fieles cristianos que rezaban por su conversión.

Este sabio, que fue astrónomo, meteorólogo, geógrafo, abogado, teólogo, físico, matemático y médico, cometió el “error” de contrariar a católicos, inquisidores y protestantes con su doctrina de la Trinidad, negando que tuviera base bíblica, llamando triteístas a sus partidarios y apartando del triángulo al Hijo y la Paloma.

Por otro lado defendió la libertad de conciencia, estimuló la tolerancia, propuso el bautismo a la edad de treinta años como Jesús y descubrió la circulación pulmonar o menor de la sangre, dándole un sentido más religioso que científico, afirmando que el alma residía en la sangre y divinizaba a la persona al difundirse por todo el cuerpo.

Por todos estos delitos, el Petit Conseil de Ginebra dictaminó su sentencia de muerte “Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.

QUIÉN DECÍA…

QUIÉN DECÍA…


Quién decía que ya se veían brotes verdes, si en el desierto laboral apenas queda agua.

Quién decía que la enseñanza era mal negocio, si los centros privados se frotan las manos.

Quien decía que la “telebasura” era mierda concentrada, si muchos se alimenta de ella.

Quién decía que Paquirrín no valía para nada, si ahora trabaja en “Tú sí que vales”.

Quién decía que no eran iguales los políticos, si dicen que entre ellos no hay diferencia.

Quién decía que los no bautizados iban al limbo, si lo han cerrado por falta de clientes.

Quién decía que la verdad llevaba a todas partes, si es la mentira quien abre las puertas

Quién decía que los emigrantes quitaban el pan, si se alimentan con migajas que sobran.

Quién decía que “Cachuli” llevaba altos los pantalones, si ahora arrastra la culera.

Quién decía que los especuladores dejarían de especular, si sobran especulaciones.

Quién decía que la honradez era la mayor riqueza, si se hacen millonarios los corruptos.

Quién decía que “el bigotes” era una entelequia, si un juez ajusta la “correa» a la gaviota.

Quién decía que “la Esteban” era ordinaria, si está de ordinario metida en todas las casas

Quién decía que los parados pararían, si tienen motivos sobrados para no parar.

Quién decía que el Misterio de la Trinidad era un misterio, si no tiene misterio alguno.

Quien decía que la política era el arte de servir al pueblo, si los políticos se sirven de ella.

Quién decía que los sindicatos trabajaban para los currantes, si los liberados no trabajan.

Quién decía que la burbuja de indignados no existía, si está a punto de explotar.

Quién decía que Camps se pagaba los trajes que usaba, si le ha crecido la nariz.

¡Ah!, pero quien decía que España era un país de quijotes en manos de sancho panzas, tenía razón.