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¿OTRA SEÑORA, SEÑOR?

¿OTRA SEÑORA, SEÑOR?

De ser cierta la noticia que recogen los periódicos españoles procedente de La Stampa, Oggi Notizie, Point de Vue, Bild, etc., el señor tiene desde hace cuatro años una nueva señora de 46 años para consolar sus problemas inferiores y acompañarle en todas sus escapadas extraoficiales, incluida la última al cementerio de elefantes donde se ocultan cuernos y colmillos.

Esta nueva conquista del señor explica que la reina retrasara su regreso para dejar cicatrizar las heridas de las amputaciones sufridas en la frente, que le impedían entrar por la puerta del avión.

Esta nueva exhibición del más exaltado macho ibérico de la patria explica los ataques recibidos por frustrados ciudadanos envidiosos, que les gustaría tener sus atributos y capacidad de seducción.

Esta nueva aventura genital del anciano señor está siendo estudiada por los investigadores, que asombrados buscan una explicación a semejante furor testicular, sin precedentes en sus antecesores.

Esta nueva peripecia de entrepierna explica lo mal que lleva el señor las cuestiones de seso, debido a los excesos de sexo, que terminan por confundir la neurona que deambula por la cisura y hace eco en su cerebro.

Esta nueva hazaña sexual explica que el señor sea conocido en todo el mundo  como “el soberano más tombeur de femmes de Europa”, título que sería orgullo de quienes le cedieron los genes.

Esta nueva andanza señorial bien merece el esfuerzo de académicos para convencer a los herederos de Zorrilla que retiren el apellido Tenorio al relato de las correrías amorosas de don Juan.

Ahora sólo falta que la Señora, – así, con mayúsculas -, cuelgue en el perchero del pasado la profesionalidad que el señor le puso sobre los hombros, y  abandone el paripé. No sería extraño que después de una vida entre devaneos, amores ficticios, diques a rumores, paseos contra corriente, farsas protocolarias y contradicciones vitales derivadas de compromisos reales, la Señora dejara de pensar que pensaríamos los súbditos y se desmelenara y buscara el camino de la libertad y recuperara el respeto y encontrara un amor que compensara los privilegios reales, porque los niños ya están creciditos y aún queda tiempo para disfrutar una lealtad y fidelidad que no ha recibido.