PELOTAZO INMOBILIARIO
Los exagerados beneficios obtenidos por los constructores colocando ladrillos en época de bonanza, es simplemente calderilla si comparamos sus ganancias con las obtenidas por la iglesia, perdón, IGLESIA, que nada tienen que ver los devotos creyentes con los prelados que simulan pastorear la grey católica.
A rebufo de los constructores se sumaron al negocio especulativo los banqueros, arquitectos, notarios, agentes inmobiliarios y otros profesionales, pero la suma de beneficios obtenidos por todos ellos no son comparables al pelotatazo inmobiliario que dieron los seguidores del profeta del amor, la humildad, el servicio, la generosidad, la renuncia, el sacrificio y la bondad.
El hijo de María predicó todo lo contrario a lo que hace la Iglesia estructura, es decir, la jerarquía eclesiástica, los mandamases de la cruz, los depositarios de la verdad absoluta, los repartidores de bendiciones y condenas, los gestores de un patrimonio todavía por calcular, los gerentes de la organización más rica que existe y más privilegiada por las exenciones fiscales que disfruta, olvidando que el Dios fundador predicado por ellos aseguró que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja que un rico entrara en el reno de los cielo, de lo cual se deduce que ningún rico irá al paraíso porque no hay camello que pase por el ojo de una aguja.
Siendo la IGLESIA el mayor arrendador que tenemos en España con 4.500 propiedades en su haber, no paga el IBI, haciéndonos perder al resto de contribuyentes ¡11.000 millones de euros al año! desde el 2 de marzo de 2006, en que le bastó presentar en el Registro la acreditación de propiedad emitida por el obispo-notario, para hacerse con la propiedad.
A esto hay que sumar el fraude legal que ha representado camuflar al fisco el cobro de las entradas a los templos, monasterios, clausuras y otros monumentos, en concepto de donativos por la visita.
El mayor pelotazo inmobiliario de la historia universal lo dio la católica Iglesia adquiriendo en propiedad la Mezquita de Córdoba por 30 € en concepto de trámites, según consta en el tomo 2381, libro 155, folio 198 del Registro de la Propiedad número cuatro de Córdoba, evitándose pagar impuestos por los 23.400 metros cuadrados que ocupa en el centro de la ciudad y sin gastarse un céntimo en la restauración y conservación que pagamos los demás, a pesar de cobrar 8 € por entrada-donativo, al millón de personas que la visitan cada año. ¡Dios!