Navegando por
Etiqueta: Ramón y Cajal

HUMANITARIOS HUMANISTAS

HUMANITARIOS HUMANISTAS

a

Gozan los médicos el excepcional privilegio de conciliar armónicamente y sin esfuerzo el humanitarismo profesional con el humanismo intelectual, hermanándolos en actitud unitaria, digna y honrosa, merecedora de títulos y honores que convergen en el reconocimiento público de ser los humanitarios más humanistas de la sociedad, como acreditan Gregorio Marañón, Pío Baroja, Pedro Laín, o Ramón y Cajal, por citar cuatro ejemplos concretos que certifican tal afirmación.

No existe gremio del ámbito científico con más profesionales humanistas por metro cuadrado que el representado por la clase médica, como en estos días pone de manifiesto la exposición de pintura que puede contemplarse en el Palacio de Garcigrande salmantino, la velada musical prevista y la conferencia que tienen programada, en el marco de las jornadas culturales que los médicos salmantinos protagonizan en la ciudad patrocinadas por su Colegio profesional.

En ellas se pone de manifiesto el incuestionable maridaje entre el humanitarismo de los sanitarios que velan por nuestra salud física y la eterna condición humanista de un colectivo ocupado al mismo tiempo por nuestro bienestar físico y crecimiento intelectual.

Erudición, música y pintura se funden en común deseo de complacer espíritus sensibles al arte y la sabiduría, haciendo posible el milagro unificador del verbo, los pinceles y arpegios para deleite de quienes cultivan la belleza oculta en la palabra, el lienzo y el pentagrama.

Médicos que instruyen, dan vida a imágenes dormidas y hacen hablar las teclas de los pianos en deleitoso manantial de creatividad, enriqueciendo a los afortunados que gozarán el privilegio de complacer los sentidos en la sala de exposiciones, el teatro y el aula cultural donde tendrán lugar los actos.

Insatisfechos los médicos con mejorar nuestra salud corporal en el humanitario ejercicio profesional, también enriquecen nuestro espíritu personal y colectivo, con arte, música y sabiduría, sin pedir recompensa alguna más allá del merecido reconocimiento público por su generosa entrega. Empeño agradecido con sincero afecto en esta bitácora.