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MENDOZA: SABIDURÍA, HUMOR Y SENCILLEZ

MENDOZA: SABIDURÍA, HUMOR Y SENCILLEZ

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En el «Día del libro» nos unimos en el tiempo y  la distancia con los amigos que hicieron la ola a Eduardo Mendoza en la Universidad alcalaína, mientras él sonreía con ojos achinados mirando a quienes admiramos su sabiduría humorística, tras alcanzar aquello que se propuso de niño, con solo pretenderlo.

Vocación literaria temprana la de este “relojero de las palabras”, como “árbol con muchas hojas, poco tronco y ninguna raíz”, considerado cervantista, quijotista y modelo de sensatez, que considera a los demás como regaderas ambulantes, permitiéndole esto vivir “perplejo, atemorizado y descontento de cómo va el mundo”.

Este escritor por obra y gracia de su pluma ha sido laureado con el Premio Cervantes por su magistral sencillez literaria, lenguaje directo y divulgación de la expresión popular, llevada a cabo con elegancia expresiva en protagonistas marginales, abandonados al pairo por una sociedad que camina con orejeras sin percibir a quienes sobreviven en el abandono y la miseria.

Eduardo Mendoza mira al mundo desde sus setenta y cuatro años, recordando que con la muerte del dictador nació su primera novela ambientada en la Barcelona natal, describiendo la ciudad condal antes de la incivil guerra y contando a los lectores toda La verdad sobre el caso Savolta, envuelta en luchas sindicales, y merecedora del Premio de la Crítica, antes de entregarnos otras novelas, relatos cortos y ensayos, que le llevaron en 2010 al comercial Premio Planeta, por su madrileña Riña de gatos en el Madrid de 1936.

Como dijo en su comunicado el jurado que le otorgó el premio, fue honrado y dignificado Mendoza con el máximo galardón de las letras españolas por desarrollar su obra “en la estela de la mejor tradición cervantina, con una lengua literaria llena de sutilezas e ironía”, puesta de manifiesto en sus cinematográficas obras La ciudad de los prodigios de Mario Camus o El año del diluvio de Chávarri.

Obra literaria transparente y abierta la de este escritor, limpia, humilde, humorística y popular en el sentido cervantino, que este abogado ya viudo y antiguo traductor, ha puesto en nuestras manos para deleite de quienes nos hemos acercado a sus páginas con espíritu desenfadado y divertido, no exento de anhelo literario, profundidad de pensamiento y valiente contenido.

Mendoza hace suyas las palabras que Ortega dedicó a Cervantes afirmando que el padre del Quijote simpatizaba con todo por haber sufrido sin guardar rencor a nadie, mostrando Eduardo una decencia, rigor, seriedad y compromiso que a todos nos complace, incluso al propio Cervantes, aunque no haya podido entregarle su premio.

EL POETA COLINAS

EL POETA COLINAS

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La reina-madre, Sofía, acomodó anteayer el laurel de su premio en la cabeza doblemente despejada del poeta iberoamericano Antonio Colinas, mejorando tal galardón la eterna fama del poeta, junto a su Premio Nacional de Literatura, al de la Crítica y al de Castilla y León de las Letras, todos ellos merecidos por el versificador de la armonía y el equilibrio.

El poeta Colinas eclipsa al novelista, al ensayista, al traductor y articulista, que ha pasado setenta años de vida soñando versos, acompañando soledades de anónimos lectores, consolando desconocidas tristezas, estimulando almas adormecidas y haciendo del verso cotidiano afán y dulce costumbre revivida cada jornada.

Certero sabedor de que la poesía es el genero literario por excelencia; la mejor vía hacia el conocimiento; el medio más eficaz para sentirnos cómplices dichosos; la fuerza para despreciar el innecesario lastre vital; la clave para interpretar la realidad; y el impulso para redimir del tedio la fugaz existencia humana, Antonio de dedicó a concebir poemarios desde su primer balbuceo, con sabiduría propia de seres privilegiado por gracia de singular misterio.

Sin estancar su memoria en la vulgaridad poética, ha subido Colinas al parnaso exclusivo de los privilegiados donde solo llegan quienes hacen de los versos deleitosa tarea; de las estrofas milagro; y de la poesía virtud inalcanzable para el resto de los mortales poetas que en el mundo han sido.

Un poema sin palabra nueva, no es poema, dice el poeta con el alma en bandolera, armonizando belleza y reflexión, sentimiento y pensamiento, literatura y vida, emoción y recogimiento con actual clasicismo poético, hermanando dualidades transcendentes, hasta fundir los versos en densa unidad poética.

Poética universal que sobrevuela fronteras con los pies en tierras bautismales bañezanas, peregrinaciones ibicencas y liturgias salmantinas, desde que en el verano de 1998 decidió clavar su estaca con María José en la ciudad del Tormes, echando el ancla en ella como hizo Unamuno, maridando sus almas y versos, sin más pretensión que darse vida mutua, sabedores que el amor enciende más amor.

Poesía excelsa como acreditan sus “poemas de la tierra y de la sangre”, escritos en la “noche más allá de la noche” “donde la luz llora la luz”, en “hora interior”, “tiempo y abismo”, libando en “la viña salvaje” “desiertos de luz” entre “preludios a una noche total” y “truenos y flautas del templo” con “diapasón infinito” y “silencios de fuego”, junto a interminables “sepulcros en Tarquinia” y con el “astrolabio” en la mano para fijar su posición y altura en las estrellas de la bóveda poética.

Es Antonio humilde amigo, erudito en la tribuna, alma grande, bondad plena y destacado intelectual que da fama, prestigio y brillo a la ciudad de acogida, como hicieron Nebrija, Fray Luis, Brocense y Unamuno con el alto soto de torres, donde los pasos de Colinas deambulan con humilde sordina sobre el granito de la Plaza Grande, perdiéndose entre rúas, plazuelas y callejas, para dejarnos dulces ecos de sabiduría, bondad, mansedumbre, … y generosidad.

PLATAFORMA PREMIADA

PLATAFORMA PREMIADA

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El Parlamento Europeo decidió a partir de 2008 conceder el premio “Ciudadano Europeo” a personas u organizaciones que lucharan por los valores europeos, promovieran la integración entre ciudadanos y los estados miembros, facilitaran la cooperación trasnacional en el seno de la UE y cumplieran los valores de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

Pues bien, este año han decidido otorgar el premio a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), considerando que dicho colectivo cumple las condiciones exigidas para merecer este galardón, muy alejadas de las que algunos dirigentes populares le atribuyen, – sólo algunos -, coreados por la red de informadores populares en medios de comunicación.

Aunque toda la artillería política y mesiánica del más rancio integrismo y conservadurismo que anida en el corazón de algunos dirigentes populares, haya vituperado y denigrado a ese colectivo capitaneado por Ada Colau, tildando de nazis y terroristas a los miembros del movimiento premiado, en opinión de la Eurocámara y de la ciudadanía parece ser todo lo contrario, obligándonos a pensar que quienes están en el error son la minoría que sostiene lo contrario.

Cuesta aceptar que una Iniciativa Legislativa Popular patrocinada por la PAH, avalada por el Tribunal de Luxemburgo que dictaminó en marzo la incompatibilidad de la norma española con la directiva europea de protección de los consumidores de 1993, y firmada por millón y medio de personas, haya sido despreciada por la mayoría absoluta popular que lleva las riendas del país.

Pero que nadie se haga ilusiones, porque este premio no modificará el propósito de quienes han decidido llevarnos al pensamiento único, ni cambiará la actitud de los que permanecerán inmóviles en su sitio, ni hará callar a los voceros con la andorga agradecida.

NISI ITA, NON PUTO

NISI ITA, NON PUTO

Así, en latín, para que me entiendan los sacerdotes españoles, cuya edad media se sitúa en los 63,3 años llegando en algunas diócesis al 72,4, dominadores, por tanto, del latín que estudiaron durante muchos años en el seminario para decir la misa en tal idioma, hasta que Juan XXIII los puso cara al público y hablando castellano.

El resto de seres humanos deben saber que la expresión latina que da título al artículo de hoy significa en castellano algo así como “al menos que así sea, no lo creo”, o de forma más sencilla: “si no lo veo, no lo creo”, como Santo Tomás dijo a sus compañeros al pedirles ver las llagas del Señor.

Efectivamente, lo he oído hace unos minutos por la radio, y he quedado estupefacto con la increíble noticia que han lanzado las ondas. Esto significa que no creeré lo que acabo de oír hasta verlo cumplido, porque las inocentadas se guardan para el 28 de diciembre.

Al parecer, – no se rían -, la Jornada Mundial de la Juventud es candidata al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, es decir, que aspiran a llevarse 50.000 euros, una escultura de Miró, un diploma y a una insignia, el millón y medio de personas anónimas que participaron en las jornadas festivas publicitarias. Salvo que se haga cargo de los beneficios la institución católica representada por su jerarquía cardenalicia. ¡Manda huevos!, que diría el catoliquísimo Federico Trillo, aunque a sus jefes del Opus Dei no les hiciera mucha gracia el lamento de su socio.

Espero que no sea así, porque la JMJ no merece un premio que se concede a quien haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a la defensa de la libertad, o que haya abierto nuevos horizontes al conocimiento o se haya destacado, también de manera extraordinaria, en la conservación y protección del patrimonio de la Humanidad.

Por una vez, hay que confiar en que el presidente del jurado, Álvarez Cascos, el banquero Rato y la multimillonaria Koplowitz, hagan bien su trabajo y proclamen hoy en el hotel Reconquista de Oviedo como ganador del Premio a la Concordia a cualquiera de los otros 43 aspirantes, entre los que destacan las personas que se dejaron la piel en el tsunami de Fukushima (Japón); la Organización No Gubernamental Parent’s Circle- Families Forum, formada por israelíes y palestinos en lucha por la reconciliación de las dos comunidades; Sylvia Earle por su amor a los océanos; Vandana Shiva, defensora de los derechos de los pobres sobre los recursos naturales; o cualquier otro candidato que no sean los folclóricos festivaleros y jerarcas eclesiásticos defensores de la pobreza, que han gastado ¡un millón de euros! en propaganda rejuvenecedora de lo imposible, cuando en Somalia están condenados a morir de hambre 750.000 hijos del Dios que predican sin sonrojarse.

NOTA:  ¡Uf, menos mal! Tres horas después de publicar lo anterior, también la radio ha traído a mi mesa de trabajo la buena nueva  de que los ‘héroes de Fukushima’, han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011 por su «valeroso y ejemplar comportamiento».