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NOSTALGIA DE LA PESETA

NOSTALGIA DE LA PESETA

Unknown

La humilde peseta fue nuestra compañera durante 146 años, hasta el 28 de febrero de 2002 en que pasó definitivamente a peor vida para los nostálgicos enamorados de la “rubia”, que la llevaremos en el monedero de los sueños lo que de vida nos quede, porque una amistad tan leal, noble y duradera no puede olvidarse por mandatos del mercado.

En 1737 ya era pieza que valía dos reales de plata de moneda provincial, siendo acuñada con el nombre de peseta en 1809, ante las narices de Napoleón que paseaba con descaro su altanera soberbia por la piel de toro, con ella en el bolsillo, hasta que logramos echarlo de nuestras tierras.

Con pesetas pagó la calenturienta reina Isabel a sus tropas para vencer a los carlistas, mereciendo por ello ser llamados “peseteros”, y con la Gloriosa revolución Septembrina el ministro de la hucha pública, señor Figuerola, jubiló el moribundo escudo, implantando la peseta como unidad monetaria nacional, hasta que hace doce años pasó al baúl de los recuerdos, un día como hoy.

Los de mi generación que manejamos la peseta en nuestra infancia y juventud, recordamos que  por 5 céntimos nos daban una “lágrima” en el quiosco, por 30 céntimos un chicle bazoka, por 50 céntimos un helado del carrito ambulante, por 1 peseta jugábamos al futbolín, por 2 pesetas fumábamos cigarrillos de anís y por 5 pesetas íbamos a la “matinal” del domingo, cuando los millones de pesetas se medían en kilos.

Los mercados financieros, políticos y comerciales mataron la peseta, pero ella vive en el corazón de todos nosotros porque la “rubia” ha sido amiga fiel y orgullo popular que se ganó el afecto y la confianza de quienes la conocimos y nos cobijamos bajo su protección, sin prevenir el desamparo del euro que acechaba en la sombra.

Nunca bajó la peseta el sueldo a funcionarios, ni redujo prestaciones sociales, ni especuló con la pobreza, ni obedeció mandatos externos de usureros globalizados, ni se sometió a prestamistas extranjeros, cumpliendo honradamente su trabajo y luchando dignamente contra las turbulencias económicas, sin que muchos estimaran entonces su valor.

CUMPLEAÑOS DE LA «RUBIA»

CUMPLEAÑOS DE LA «RUBIA»

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La «rubia» que enamoró a los españoles durante siglo y medio, estuvo pasando de mano en mano y de bolsillo en bolsillo desde 19 de octubre de 1868 hasta el primero de enero de 2002, cuando dejó su sitio en los monederos a una joven moza con nombre de varón.

Definida como “pieza que vale dos reales de plata de moneda provincial”, antes de ser peseta oficial, hizo “peseteros” a los isabelinos que lucharon contra los carlistas, porque Isabel II pagó con ella a quienes lucharon por ganarle el pulso al aspirante real Carlos María, aunque en la moderna historia de España otros despreciables “peseteros” hayan arruinado el país a base de estafas, abusos, robos y despilfarros impunes.

Fue el hacendoso ministro de la peseta Laureano Figuerola, quien decretó la defunción del escudo certificando el nacimiento de la peseta, un día como hoy de hace 145 años, aprovechando la implantación del Sistema Métrico Decimal y la seducción que produjo en el pueblo la joven rubia que enamoró a todos con sus encantos y la gracia de Dios.

Hoy la pobre dama anda desaparecida y confinada en el Sahara Occidental, donde el rasd todavía se mantiene como peseta saharaui. La peseta murió, pero hoy la recordamos con un ¡viva la peseta!, los nostálgicos de la rubia que tantos años compartió nuestra vida.