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Etiqueta: partitocracia

LISTAS ABIERTAS

LISTAS ABIERTAS

Versodiario 8 :

Dadnos la oportunidad                                                                                                                        de elegir representantes,                                                                                                                  sin proponernos en listas                                                                                                                  vuestros fieles militantes

LISTAS ABIERTAS

A primera vista, en democracia somos los ciudadanos quienes decidimos los representantes que a nuestro juicio merecen sentarse en el concejo o en los distintos parlamentos, pero no es así. Se vota a los partidos, no a las personas, olvidando que son éstas las que hacen posibles los cambios y el progreso. Pero quienes deciden los ediles y congresistas en nombre del pueblo son los partidos políticos, presentando listas cerradas y bloqueadas, por riguroso orden de codazos, según establece la ley para las elecciones al Congreso, sedes autonómicas y concejos.

Sistema de listas cerradas que no tuvo sentido siquiera a finales de los años setenta cuando se estableció para fortalecer los partidos políticos, después de su larga travesía de cuarenta años por el desierto. Pero hoy habría que dar opción a los ciudadanos de escoger nominalmente a sus representantes, con un sistema que permitiera a los sufridores votantes elegir los candidatos que le recomendara su buen sentido.

No hablo de listas abiertas convencionales – tan cerradas como las que así se llaman -, que dejan en manos de los partidos la selección de aspirantes, en una grosera maniobra intelectual de manejo político, que niega a los ciudadanos la verdadera soberanía que se mantiene en poder los partidos, al ser éstos quienes deciden los candidatos. Relación de poder descendente, cuando deberían ser los votantes protagonistas de listas realmente abiertas en las que pudiera figurar cualquier ciudadano, por quimérico que esto parezca.

Las listas abiertas a que me refiero pondrían la partitocracia en su sitio y a los partitócratas en remojo; implicarían a los representantes elegidos con sus electores; las órdenes del jefe se sustituirían por los deseos populares; se limpiarían las instituciones de personas no deseables por los ciudadanos; estimularían la presencia de votantes en las urnas; desaparecerían las luchas internas por ocupar puestos de salida; corresponsabilizarían a los electores en la gestión que hicieran los elegidos; y los procesados, corruptos, enviciados, tramposos y embusteros, tendrían su espacio en el fango pestilente de pozos residuales abandonados en islas desiertas.