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Etiqueta: neurona

NOCHEVIEJA ¿UNIVERSITARIA?

NOCHEVIEJA ¿UNIVERSITARIA?

Un año más, los hunos han tomado la ciudad con rojos sombreros de tres picos que nada tenían que ver con la novela de Alarcón, pues los iletrados que con ellos cubrían la única neurona de su cerebro merecían más el bicornio propio de las reses bravas que pastan bajo las encinas del campo charro.

Lamentable espectáculo ver el ágora salmantina convertida en estercolero urbano; penoso contemplar los ajardinados espacios verdes transformados en botellonáceos cascarones de plásticos; deplorable caminar por aceras emplastadas con repugnantes vomitonas; enojoso esquivar el mobiliario urbano rodando por el suelo; sirenas ambulantes dando inmerecido servicio a etílicos semovientes; médicos ocupados en desintoxicar venas y resolver lesiones; cocapolva blanqueando apéndices nasales; y el repulsivo espectáculo de ver indocumentados mentales evacuando sus vejigas urinarias sobre las puertas de templos, cancelas, columnas y rincones convirtiendo la ciudad en un deplorable mingitorio.

Estas son las fotos de la pasada “nochetriste” que contemplamos una vez más en una ciudad de “cultura y saberes” denigrada por nativos descerebrados y cómplices foráneos de ambos sexos, que convirtieron la ciudad patrimonio de la Humanidad en estampa revivida de la Pentápolis bíblica, dominada por la sinrazón de una tribu de cuadrúpedos que cocearon lo que a su paso encontraron.

¿A quién beneficia el bochornoso festejo que ha degenerado desde sus inicios hasta una degradación que los propios estudiantes comienzan a censurar? ¿Cuántos universitarios acuden a la “Nochevieja universitaria” formando parte de la marabunta devastadora que convierte la ciudad en vertedero? ¿Quién salva a los salmantinos del rastro de miseria inculta dejado por bípedos depredadores entre desperdicios, vasos rotos, meadas y excrementos?

Fue imposible encontrar entre tanto etanólico a los jóvenes talentos que se han visto obligados a emigrar de la ciudad por falta de futuro. Inútil buscar profesores universitarios en una nochevieja que poco tiene de universitaria. Absurdo rastrear entre los transgresores a jóvenes trabajadores, sensatos, responsables y divertidos, porque no formaban parte de la tribu devastadora que todo lo arrasó emulando al caballo de Atila.

Deambulando quedaron de madrugada piltrafas ebrias desparramadas por aceras y portales; despojos humanos tambaleándose como muñecos de trapo; espontáneos taurinos, semidesnudos y toreando coches en la calzada; y jóvenes envejecidos con pupilas desenfocadas, sentido común en punto ciego, glándula pituitaria anestesiada, trigémino social neurálgico, garganta ronca y cerebro en estado cataléptico, aprovechando que el consumo de alcohol se expendía en las barras a mitad de precio.

EL INJUSTO SALARIO DEL CUERPO

EL INJUSTO SALARIO DEL CUERPO

Unknown

Mi total alejamiento del mundo de la moda, el glamur y la pasarela me ha jugado una mala pasada, poniendo en pie mi estado de ánimo contra algo que mi mente rechaza, enrojeciendo las vísceras morales con indignada sangre, rebelde a lo que considero un insulto a la hambruna, el desamparo y la sabiduría.

Leo con estupor que la supermodelo brasileña Gisele Bündchen recibió el pasado año ¡35 millones de euros¡ por pasearse ceremonialmente en las pasarelas, lucir palmito en las fotografías, vender su cuerpo en las revistas y anunciar productos publicitarios, ganando veinte mil euros por hora de trabajo. ¡Dios!

Todo ello, tras pasar por el quirófano para hacerse una rinoplastia que estilizara y estrechara su imperfecta nariz, considerada grave error de la naturaleza en un cuerpo perfecto, cuyos parámetros de perfección fijan los cultivadores de una moda que atonta a quienes carecen de problemas de supervivencia o solo escuchan los rebotes de su única neurona contra las paredes del cerebro.

Viendo a esta señora admirada en el mundo por su belleza física, que “gusta” a cuatro millones y medio de ciudadanos en Facebook, con dos millones de seguidores en Twiter y tres millones de personas en Instagram embobadas con su cuerpo, tengo que pensar en una cierta patología mundana que sigue instintivamente un norte equivocado de rumbo.

Esto me obliga a decir que son muchos los humanos que valoran más la piel que el cerebro, las piernas largas que el ingenio, la sonrisa que el talento, la belleza física que el duro trabajo esforzado, el tejido carnoso que las neuronas y la bisutería social que los valores morales.

Pienso en los investigadores que hacen posible el progreso humano por tres monedas de cobre. Recuerdo a los pensadores que mueven generosamente el mundo con sus ideas. Lamento la fuga de cerebros por falta de recursos y sustento. Elogio a literatos y músicos que nos deleitan por unas pocas monedas. Evoco a los sabios que sobreviven en la pobreza de un mísero salario. Y me rebelo contra los recortes y la pobreza en un mundo injustamente generoso con quien nada hace por la Humanidad.

TORPES INSULTOS

TORPES INSULTOS

Unknown

Está mal insultar a las personas de frente y por derecho, sin rodeos ni reparos, teniendo la seguridad que la descalificación va a ser oída y comprendida por el receptor de la ofensa. Pero es incomparablemente peor agraviar a los sujetos despreciando su inteligencia y considerando que carecen de entendimiento para comprender el ultraje.

En este segundo caso, el denigrador sobrevalora su talento y habilidad de engaño, al tiempo que desprecia la capacidad comprensiva de los injuriados, considerando que el colectivo afectado padece deficiencia mental crónica, que le inhabilita para el entendimiento, siendo esto lo que sucede a muchos políticos.

Insultan los representantes al pueblo, cuando pretenden justificar lo injustificable, explicar lo inexplicable, y exigir lo inexigible, con falacias que ofenden al común sentido de los ciudadanos, haciéndolo, además, sin mover una pestaña, con seriedad litúrgica y sin despeinarse, ante micrófonos y tribunas.

Los agraviados recibimos la ofensa sobrecogidos y asombrados, ante la cara de cemento armado exhibida por los mensajeros que viven a costa del sudor de los oyentes,  sin percibir que el talento de los destinatarios va mucho más lejos de su torpeza insultante. Pero tanto descaro alivia la injuria, porque patadas tan vulgares a la inteligencia ajena, solo pueden venir de bípedos desintegrados, pues nadie se ofende si al pasar junto a una cacatúa, esta le llama imbécil.

Superemos lo tragicómico de la situación, evitando que la injuria alcance su objetivo, porque quien la propina tiene menos cerebro que aquellos a los que considera descerebrados capaces de digerir su cinismo, sin oír los ecos que hace sobre el cráneo del ultrajador, la única neurona que lo ocupa.

Son seres vivos con poco seso, que optan por ser peliculeros y patéticos cómicos de sainete medieval, dirigiendo sus mentiras a inteligentes escuderos de ideologías solidarias y conciencia social, con sabiduría alejada de frivolidades prometeicas y bravuconerías seudocráticas.

VERGÜENZA AJENA

VERGÜENZA AJENA

Unknown

En ocasiones sentimos vergüenza por la desvergüenza que algunos exhiben públicamente sin vergüenza alguna, con cara de cemento armado, descarada sonrisa y torpes gestos, mientras pronuncian palabras inoportunas como respuesta a preguntas inexistentes que flotan en el limbo de su mente, acompañando a la única neurona perdida que hace eco en su cerebro.

Los de provincias sufrimos bochorno con los balbuceos verbales de nuestra compatriota en el estrado. Las personas serias, honradas y capaces del Partido Popular madrileño se sonrojaron con la actitud de su compañera de filas. Y los madrileños están recuperándose de la vergüenza que pasaron al ver el ridículo tan espantoso que hizo su representante en la rueda de prensa ante los medios de comunicación mundiales, para convencer al COI de que Madrid se merece los Juegos Olímpicos de 2020.

Fue penoso ver a nuestra abanderada hacer uso de los cascos de traducción cuando preguntaban en castellano los periodistas y quitárselos ante las preguntas de reporteros ingleses, pretendiendo mostrar unos conocimientos del idioma anglosajón que no tiene, como evidenció con la respuesta que dio a la pregunta formulada por un periodista inglés, ajena totalmente a la cuestión planteada por el interrogador.

Decir que Madrid tiene la mayor parte de accesos, edificios, pistas, auditorios, etc. puestos en marcha, no responde a la pregunta de si el país está en condiciones de preparar eventos deportivos de la magnitud de unos Juegos Olímpicos, con una tasa del 26 % de parados que deambulan por las calles madrileñas, de contenedor en contenedor, con la desesperación a cuestas, el estómago vacío y la indignación en el alma.

Tampoco merece disculpa la poca atención y escasa memoria de doña Ana Botella, que comenzó su respuesta afirmando que el 80% de las infraestructuras ya estaban levantadas, para terminar asegurando que el 90 % de las mismas estaban en marcha, provocando la sonrisa de propios y extraños, ante la imdiferencia de la alcaldesa.

Conseguir en un minuto aparentar un dominio inexistente del idioma inglés, no responder a las preguntas y falsear datos estadísticos sobre la realidad, merece felicitación pública por batir el record olímpico en desvergüenza, sin necesidad de pisar la pista ni competir con la sabiduría, prudencia, humildad y talento, necesarios para convencer al COI de que merecemos los Juegos Olímpicos de 2020.