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ENTREVISTA EN WORMS

ENTREVISTA EN WORMS

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El 16 de abril de 1521 la tensión se mascaba en el salón de la ciudad de Worms donde se reunió la asamblea de príncipes del Imperio Germánico bajo la presidencia del joven de veintiún años Carlos V con el presunto hereje Martín Lutero, para que este se retractara de sus escandalosas tesis, si quería evitar la condenación y librarse de la pena de excomunión, dictada meses antes por el papa León X.

Pues bien, lejos de retractarse, el fraile agustino confirmó ante la Dieta de Dorms sus convicciones y rebeldía ante el statu quo eclesial, con el apoyo de miles de creyentes que condenaban el vicio, abuso, despilfarro, corrupción y compraventa de indulgencias, practicada por la Iglesia, con el apoyo, patrocinio y representación del joven emperador.

La posición de Lutero molestó a los asamblearios de Dorms, indignó a la curia romana, enfrentó a la feligresía y provocó el enfado del poderoso y catoliquísimo mandamás político-religioso, ortodoxo, mantenedor y defensor de las tesis papales y las doctrinas oficiales de una Iglesia corrompida, que se contrarreformó, sin poder evitar la fractura ideológica de consecuencias bien conocidas por todos.

Lutero fue calificado de hereje, tratado como delincuente, condenado por desviacionista, despreciado por manipulador y expulsado por sectario, prohibiéndose la lectura de sus tesis en toda la cristiandad romanizada y eliminando de pena a quien matara al monje agustino, quedando arrestado, condenado y posteriormente liberado por el príncipe Federico que lo mantuvo oculto hasta que el emperador entretuvo su tiempo en guerras capitulares.

ARDE LA BULA

ARDE LA BULA

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El último día de octubre de 1517 el fraile y teólogo alemán Martín Lutero, irritado por el abuso, especulación y mentiras que suponía el tráfico de indulgencias sin base teológica ni evangélica, tomó del convento un martillo, cuatro puntas y el pliego con sus 95 tesis, marchando con decisión a clavar el papel en la puerta de la iglesia del Palacio de Wittenberg, abriendo con ese gesto un debate que concluyó con la segregación Protestante, tras condenar la codicia y el paganismo de la iglesia Católica, perdiendo ésta millones de clientes en el envite.

Rubricó Lutero su firme oposición al celibato casándose con una monja y predicó la biblia en la lengua del pueblo porque el latín era desconocido por los creyentes, siendo declarado hereje y requerido por una bula papal para que se arrepintiera, quemando Lutero públicamente la bula un día de diciembre como hoy, del año 1520.

Algunas jornadas después, el 3 de enero de 1521, fue publicada la nueva prerrogativa papal Decet Romanum Pontificem rubricada por León X, excomulgando a Lutero, que se llevó a su redil millones de ovejas católicas descontentas con la iglesia vaticana y decepcionadas con sus pontífices, prelados, párrocos, abades y clérigos.

El despilfarro moral y material que campaba a sus anchas entre la curia y la jerarquía periférica, fue culpable de la quiebra, porque los honrados católicos rechazaban los negocios corruptos de los papas, los hijos de estos y sus amantes, el intercambio de novias, la compra de Estados, la venta de indulgencias y los asesinatos. Sí, también los asesinatos entre ellos.