GABO Y LOS PODEROSOS
Pasados hoy siete meses de la muerte de García Márquez, oigo vociferar a un tertuliano de las ondas falsos testimonios sobre el escritor que me mueven a responderle, sabiendo que el autor de tales vociferios contra el escritor no leerá esta réplica a sus injustas diatribas.
Este ignorante sabelotodo, perteneciente a la más rancia derecha española en la que apenas militan una minoría de anacrónicos visionarios, criticaba que Gabo siempre buscara estar cerca de los poderosos en su propio beneficio, cuando la realidad es bien distinta a la pregonada por este iletrado predicador.
Es indudable que el poder interesó a Gabo como trasfondo de sus obras, algo reconocido por él mismo en varias ocasiones afirmando que todo lo que había escrito estaba relacionado con el poder, sin escatimar su imagen pública junto a los ciudadanos más poderosos del mundo, fueran políticos, empresarios, financieros o intelectuales.
Pero estos encuentros nunca estuvieron promovidos por Gabo ni se realizaron gratuitamente, ni estuvieron marcados por el narcisismo que nunca tuvo, sino para hacer realidad su compromiso social, unido a la valiente denuncia pública de las injusticias cometidas por los poderosos que visitaba.
De esta forma, consiguió en varias ocasiones que los gobiernos llegaran a determinados acuerdos con las guerrillas, que se liberaran algunos pueblos de ataduras y castigos, que muchos presos políticos alcanzaran la libertad y que la paz llegara a lugares que llevaban tiempo reclamando los condenados y algunos organismos internacionales.
Esa es la realidad que ocultaban todas las fotografías de Gabo con los poderosos, aunque tal actitud sea incomprensible para ese tertuliano pesebrero que mendiga contratos de palabrería a la puerta de los mismos poderosos que García Márquez ponía en la picota social.