HARTURA
Un líder político de la derecha española defiende al Gobierno de su partido asegurando que la última promesa electoral que faltaba por incumplir, se incumple por el bien del país, cuando en realidad el tijeretazo a las pensiones de jubilación representa el último engaño de los muchos que estamos padeciendo injustamente los ciudadanos, sin ver que la situación mejore con los recortes derivados de esta gran estafa.
La incompetencia manifiesta y las contradicciones evidentes de nuestros dirigentes políticos pone de manifiesto su incapacidad para llevar el timón de un país que está haciendo aguas por todas partes, menos por la de los privilegiados que toman el sol y bebe piña colada en la cubierta del barco.
El empeño del capitán en navegar de costado contra las olas acabará por hacernos zozobrar a todos, porque los golpes de mar sobre el cascarón de madera que nos sostiene terminarán por abrir tantas vías de agua como ciudadanos desesperados caminan al pairo de la vida, doloridos por la falta de comprensión de sus problemas y la ausencia de reflejos para anticiparse a las desgracias.
No basta a los regidores nacionales y autonómicos con los suicidios habidos y los homicidios que esperan. Ahora se trata de elevar las cotas de mortalidad en España a los niveles provocados por la Peste Negra del siglo XIV, mimetizada por los recortes sanitarios que terminarán convirtiendo los suburbios de las ciudades en grandes morgues sin redención.
Tal vez la solución a todo ello, perdones ustedes, sea que los suicidios se transformen en homicidios para que los banqueros comiencen a ser conocidos por sus nombres y apellidos en las notas necrológicas, la ambición ceda unos metros a la compasión y los políticos se tomen en serio las protestas ciudadanas contra sus privilegios.