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Etiqueta: guiñol

¿IGNORANCIA O MENTIRA?

¿IGNORANCIA O MENTIRA?

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Si el jefe de una organización afirma no esterarse de las corruptelas que suceden en el despacho de al lado, en la tesorería, en la secretaría y en las reuniones, siendo todo ello conocido en los mentideros de las antípodas geográficas, ese patrón no puede seguir al frente del grupo. Pero si tampoco sabe nada de los manejos sucios que realizan sus colaboradores más cercanos que llenan las huchas propias y de la organización con trampas, solo cabe la fumigación política del personaje, por ignorante o mentiroso.

El dirigente que deambule por los pasillos de la organización que preside, más despistado que el emperador romano Claudio o mintiendo más que Pinocho, no está en condiciones de dirigir la empresa, por mucho que se empeñe en seguir llevando el timón de una nave que zozobra en océanos de corrupción, camino del naufragio moral.

Sobra decir que el problema se acentúa si el despistado o mentiroso rige el destino de millones de ciudadanos que no son juguetes, ni muñecos de un guiñol, ni ratones de laboratorio, sea el tramoyista quien sea y del partido que sea, porque el pueblo no se merece inquilinos dormidos en palacios presidenciales, que vayan de un sitio para otro sin saber nada o mintiendo no saberlo.

Por ignorantes o mentirosos, el gallego y la condesa deben abandonar sus sillones, pues ni los más cercanos se creen que un registrador de propiedades ajenas y una caza talentos hayan sido los personajes menos informados de las corruptelas que se guisaban en los figones regentados por ellos, pretendiendo salir inmaculados de la mierda que les rodea aprovechando que son escurridizos como anguilas en aceite y hábiles como trileros de feria que llevan en la cartera más trucos que Tamarit en su maleta.

CANTOS DE SIRENAS Y SIRENOS

CANTOS DE SIRENAS Y SIRENOS

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bueno

Las míticas divinidades marinas, hijas del dios-río Aqueloo y de Melpómene, representadas como hermosas mujeres con cola de pez, llamadas sirenas, se han transformado en seres humanos de ambos sexos, que han cambiado la cola por una piel de cordero para mantener su capacidad embaucadora sobre la ciudadanía marinera que rema en la bodega del barco, mientras ellos toman piña colada al sol en la cubierta.

Las sirenas Agláope, Leucosia, Radne, Molpe y Teles tienen hoy en los carteles electorales apellidos conocidos por todos los vecinos, que no merecen ser nombrados para evitar que el maleficio nos alcance, sabiendo que su voz y sus cantos siguen atrayendo a los navegantes ingenuos que caen en sus redes, fruto de la amnesia colectiva.

Estamos en periodo de convicción, embeleso y seducción, ocupando los días con cantos de sirenas y sirenos que llegan desde las tribunas políticas, anunciando promesas virtuales y falsas situaciones de futuro, trabadas con discursos palabreros y gestos histriónicos, propios de polichinelas y muñecos de un guiñol, frívolos, incontinentes, falsos y dicharacheros.

En vísperas de elecciones debemos taparnos los oídos con cera de memoria, atarnos a la realidad del palo mayor recordando lo sucedido en los últimos cuatro años y remar contra el engaño que tantas veces nos ha hecho naufragar, mientras sirenas y sirenos navegan sobre los restos de la indignación que flotan en el océano de la farsa.