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Etiqueta: extremismos

LOS DIOSES NO QUIEREN MUERTOS

LOS DIOSES NO QUIEREN MUERTOS

No debemos tener escrúpulos en poner los extremismos religiosos en su sitio, por mucho que moleste a quienes se benefician de ello, ni debemos ocultar los muertos que la fe se ha llevado por delante a lo largo de la historia, sea de la cultura piadosa que sea y se encuentre en las coordenadas geográficas que se encuentren.

Algo que parecía sin futuro en las sociedades democráticas, ha cobrado en los últimos tiempos una notoriedad preocupante que, traducida en términos de violencia, podemos calificar de peligrosa.

En unos casos el ensañamiento viene firmado con sangre propia y ajena; en otros los atropellos se traducen en abusos de la ignorancia ajena. Y no faltan las manipulaciones mentales y sofismas argumentales para embaucar a ingenuos creyentes con métodos impropios del tiempo en que vivimos.

Y no hago distinciones, porque igual de inquietante resulta el fundamentalismo cristiano, el fanatismo islámico, el integrismo judío, el hinduismo radical o el budismo exaltado. Cualquier exceso en este ámbito genera desasosiego en el ciudadano neutral y crispación en los de signo opuesto.

Ya lo hemos dicho, e insistimos, en que la historia de la Humanidad es un poco la historia de las sucesivas guerras religiosas que hemos librado los humanos desde la Batalla de Puente Milvio hasta la actual guerra de guerrillas urbana, pasando por las Cruzadas, Reconquistas, Esmalcalda, Sanbartolomeses, Ochenta Años, Inquisiciones, Trenta Años y tantas otras matanzas protagonizadas por los creyentes en nombre de diferentes dioses, aunque ninguna doctrina promueva muertes, decapitaciones, inmolaciones o matanzas, sino todo lo contrario.

El Dios cristiano habla de amor sin límites; Yavé refuerza el amor al prójimo y el ¡no matarás!, por eso el saludo judío es shalom, paz; Buda decía que el odio cesa con el amor; el Dios del Corán no habla de matar, sino de compasión y buena voluntad. Por eso la verdadera voz del Islam es: Salaam Aleikum, -la paz sea contigo-, lo mismo que se desean los católicos en un momento de su liturgia eucarística.

Siendo esto así ¿por qué ha sucedido y sucede todo lo contrario?.