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Etiqueta: Estado

GARGANTA PROFUNDA

GARGANTA PROFUNDA

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No creáis a la Iglesia cuando predica que “la verdad os hará libres”, porque no es verdad, como ella está experimentando en sus propias carnes. La verdad encadena y condena, cuando pone al descubierto la mierda que se esconde bajo las alfombras vaticanas con el honroso nombre de “secretos de Estado”.

El mayordomo papal, Paolo Gabriele, puede ser condenado a 30 años de cárcel si se demuestra que violó la correspondencia del jefe del Estado Vaticano, al pasar la bayeta sobre el polvo que recubre la intimidad del Papa, sin que éste le diera permiso para ello, haciendo resplandecer la verdad de lo que sucede puertas adentro en la oscura política eclesial, alérgica a la luz.

“Il Corvo” nos ha permitido leer la carta que envió el Gobernatorato del Vaticano a su jefe Benedicto denunciando la corrupción y prevaricación de la Administración Vaticana. Repito: corrupción y prevaricación en la organización de los profesionales de la virtud. ¿De qué nos extrañamos, pues, si los políticos se miran en el espejo de tan ejemplar y virtuosa Institución?

En la profundidad de su garganta puede verse el tupido velo que pusieron los capelos para ocultar al pederasta Maciel, y Viganó, deja claro que los purpurados banqueros vaticanos sólo se preocupan de sus propios intereses, marcando el camino a seguir a sus homólogos católicos que regentan bancos y cajas de mangoneo.

Por si esto fuera poco, Luigi Nuzzi comete el atrevimiento de publicar documentos reveladores de las intrigas, trampas, ocultaciones, mentiras, zancadillas y tramas, que mueven los hilos de un Estado teocrático que guarda en un redil de medio kilómetro cuadrado 1.196 millones de fieles ovejas, porque las almas no ocupan espacio, la bondad de los feligreses desconoce límites, la ingenuidad de la grey infinita y ciega su lealtad.

ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

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Entiendo lo que sucede, es decir, tengo ideas claras sobre la situación de crisis que padecemos, pero no comprendo la falta de respuesta ciudadana a lo que está ocurriendo, ni acepto la incompetencia de los políticos para dar con la solución.

Parece claro que todos somos responsables de la recesión que nos aplasta, pero no todos  en el mismo grado. Y resulta curioso que los más culpables de ello, sean los únicos beneficiarios del problema.

Digo esto porque los ciudadanos que han vivido por encima de sus posibilidades, ahora están pagando con desahucios los excesos cometidos. Los empresarios están pagando sus excesos con el cierre de empresas y la ruina personal. Pero, ¡ay amigos, los bancos! Ellos que se pasaron cuatro pueblos en tiempos de bonanza propiciando la catástrofe, están recibiendo millones de nuestros euros para seguir especulando con la desgracia que nos aflige, amenazando con la muerte si falla el sistema financiero. Ya, ya.

Si el origen de todo está en la deuda pública fruto del despilfarro y la corrupción, ¿por que ningún político ha sido condenado a cadena perpetua?. Es decir, que el Estado, las Autonomías y Ayuntamientos han tenido que pedir dinero anticipado a las entidades bancarias, para ofrecer servicios públicos megalomaniáticos, imposibles de pagar con la recaudación de impuestos, pero aquí no ha pasado nada.

Lo grave es que el dinero que ahora se está está pidiendo no es para nuevas inversiones, sino para amortizar la deuda ya contraída, lo cual significa que estamos pasando el “marrón” a nuestros jóvenes, que sin tener culpa alguna deberán pagar nuestra deuda, hipotecando su futuro.

Así las cosas, resulta que el Gobierno emite deuda, – es decir, pide euros -, al tiempo que rescata los bancos dándoles nuestro dinero, para que ellos se lo guarden y especulen en los mercados financieros, multiplicando el patrimonio de sus gestores y negándose a dar créditos que dinamicen la economía nacional. Bien por los chicos.

Por otro lado, las mismas entidades reciben también dinero nuestro a través del Banco Central Europeo al 1 % de interés, y lo utilizan para comprar deuda pública al 5 %, con un beneficio limpio y garantizado de cuatro puntos, porque si hay algún problema ahí está el fondo de rescate que también hemos puesto entre todos. Tiene gracia.

Parece ser que la solución pasaría por la nacionalización bancaria y que el Estado controlara el poder económico, pero sucede al revés: es el mundo financiero quien da instrucciones al gobierno, atándolo de pies y manos mientras a nosotros nos encadena en una galera que se hunde irremediablemente con nosotros en la bodega.

Comprenderán ustedes que llegando al final siga entendiendo todo, sin comprender nada, y me suba al carro de combate de mi amigo Ángel para tomar juntos la Bastilla.

14 DE ABRIL

14 DE ABRIL

Hace hoy ochenta y un años que Unamuno proclamó la 2ª República española en Salamanca desde el balcón del Ayuntamiento, poco antes de ser nombrado Alcalde Honorífico a perpetuidad por todos los concejales asistentes al pleno municipal.

Título honorario del que fue desposeído la tarde del 13 de octubre de 1936 tras el incidente con Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad, regida por don Miguel. Han pasado los años y, finalmente, el sentido común ha ocupado el lugar que corresponde en las cabezas de nuestros ediles, y por unanimidad han decidido este año restituirle el acta de concejal, entregarle la medalla de oro de la ciudad y nombrarle hijo adoptivo de la villa salmantina.

Algo bueno se mueve en el Consistorio charro desde que lideran gobierno y oposición personas inteligentes, dialogantes y sensatas, después pasar un seco desierto democrático, con enfrentamientos vecinales provocados por quien tenía la obligación de evitarlos y con un despotismo en la gestión digno del sectario que ahora disfruta la canonjía senatorial.

Hace un año inserté en este blog el histórico discurso pronunciado por Unamuno a las seis de la tarde del 14 de abril de 1931, que concluyó diciéndole a los  salmantinos: “Permitidme la arrogancia de que sea yo quien proclame la República, en esta Plaza”.

Cierro el aniversario con la misma reflexión, porque aún hoy existen españoles que asocian el régimen republicano a la izquierda revolucionaria, al vandalismo y al desorden, sin percibir que la República no es más una forma de organizar el Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos de izquierdas y derechas, eliminando privilegios hereditarios propios de poblados medievales, donde la cultura no alcanzaba y la madurez faltaba.

RECORTES

RECORTES

Por fin se abrió el melón de los presupuestos, que ha resultado ser más patatero de lo esperado. Incomible, vamos. Veneno, para entendernos. Es decir, para echarlo directamente a la basura si esto fuera posible, pero no es así porque millones de ciudadanos decidieron que fuera de otra manera.

Varias semanas esperando que los Presupuestos Generales del Estado vieran la luz y ahora resulta que no podemos encender las bombillas porque el aumento de la tarifa eléctrica nos impide dar al interruptor, y la subida de combustible para los vehículos de motor nos obliga a dejar el coche en el paro, junto a los cinco millones de ciudadanos laboralmente inválidos.

Pero no todo es malo. El bondadoso Gobierno que ha dejado sin prestación a los pobres  “dependientes”, les ofrece la posibilidad de ser atendidos en las iglesias donde habrá luz, agua, calefacción y trabajo, ya que el porcentaje de recortes no llega al 0 % en la asignación de cantidades a la Institución eclesial.

Unos por otra, para compensar. Pero tengo la convicción que quienes no pueden valerse por sí mismos habrían preferido mantener la prestación en vez de mendigar a las puertas de los templos. Estimo que una organización millonaria en efectivos bancarios, bienes inmuebles, obras de arte, patrimonio institucional y millones de fieles dispuestos a ayudarla, podría evitarle a los “dependientes” el bochorno de extender la mano, dándoles la parte que les corresponde.

En cambio, a los parados y desprotegidos les queda el consuelo de saber que con el dinero recaudado por la amnistía fiscal a las grandes fortunas, podrán seguir admirando, respetando y venerando a quienes viven de sus lágrimas y del sudor frío de quienes estúpidamente les admiran, respeta y veneran, sin tener siquiera ocasión de envidiarles porque les han cerrado el futuro.

A PARTIR DE HOY….

A PARTIR DE HOY….

La salida de humo blanco por la chimenea virtual de la Moncloa, anunció en vísperas de Navidad que teníamos nuevo Gobierno. Es decir, que un grupo de ciudadanos abnegados, pertenecientes al Partido Popular, habían decidido sacrificar sus vidas  por nosotros, entregándose a la causa del bien común, sin ambiciones particulares de poder, dinero o influencia.

Gracias, pues, a ellos, por ello, en medio de la emoción conmovida en este primer día de del año, cuando estamos en el «inicio del inicio» de la que se nos viene encima, porque este año nuevo presagia verdaderamente vida nueva para todos.

Si me prometen ustedes que no van a reírse, les cuento lo que siento y pienso, sabiendo de antemano que sus carcajadas van a oírse en la cima del Aconcagua. Pero, créanme, a partir de hoy, los ciudadanos cataremos las decisiones del nuevo gobierno con la emoción que se cata un vino de apariencia noble y elevada acidez volátil, conscientes que un grupo de generosos y esforzados vecinos, van a dejarse la piel en el empeño, para que todos vivamos mejor.

A partir de hoy, la política servicial recuperará el espacio que lleva perdido desde hace veinte siglos, ocupando la vocación política el lugar correspondiente.

A partir de hoy, la honestidad del gobierno nos redimirá de los estercoleros, y el sabor aterciopelado de la honradez nos hará olvidar la corrupción.

A partir de hoy, paladearemos la templanza de los regidores, su respetuosa compostura y la prudencia de sus juicios.

A partir de hoy, disfrutaremos con su neutralidad de criterio, la neutralidad de sus juicios y la sinceridad de sus discursos.

A partir de hoy, la vocación de servicio al Estado brillará por encima de los intereses partidistas del grupo gobernante.

A partir de hoy, el sectarismo institucional será una página olvidada en las conciencias, en los libros de texto y en las hemerotecas.

A partir de hoy la educación pública ocupará el lugar que le corresponde y se hará realidad el acceso gratuito a la cultura de los ciudadanos menos favorecidos.

A partir de hoy, los multimillonarios tendrán que ajustarse los machos, porque ha llegado el tío Mariano con especiales impuestos para ellos.

A partir de hoy, los especuladores de la miseria, usureros bancarios y políticos corruptos, comenzarán a desfilar por los tribunales de la justicia.

A partir de hoy, la libertad de opinión y la información veraz será el norte y guía de los medios de comunicación tutelados por el gobierno.

A partir de hoy, seremos tratados como ciudadanos adultos, siendo informados  de las razones que impulsan las decisiones del Gobierno.

A partir de hoy, el acceso a cargos institucionales, se hará en función del mérito y capacidad de los aspirantes, sin necesidad de llevar en la boca el carnet del partido.

A partir de hoy, la sanidad pública contará con los recursos humanos y materiales necesarios para velar con garantías por nuestra salud.

A partir de hoy, los brotes verdes se transformarán el bosque floridos donde todos cantaremos a corro y a la crisis le daremos con los huesos en las narices.

A partir de hoy, el crecimiento será imparable, no habrá paro, los pájaros cantarán, las nubes se levantarán y caerán chaparrones de azúcar y turrones.

A partir de hoy, la ética pública ocupará finalmente el lugar que le corresponde y los impostores huirán despavoridos con el rabo entre las piernas.

A partir de hoy pasarán a galeras los trileros políticos, embaucadores de pacotilla y charlatanes de la nada, que intentan confundir nuestro sentido común.

A partir de hoy, brindaremos con los ministros que pretenden contagiarnos un estado de delirio caracterizado por soñar con la posible ilusión de vivir en un país próspero, esforzado, solidario, culto y honrado, que algunos deslenguados se empeñan en condenar a cadena perpetua.

¡Ay, a partir de hoy, amigos!, a partir de hoy….

(Estoy oyendo carcajadas, y les recuerdo que están incumplido su promesa)

INSOLIDARIAS JORNADAS

INSOLIDARIAS JORNADAS

El señor Barriocanal, – director financiero de la JMJC (Jornada Mundial de la Juventud Católica) -, afirma graciosamente que el evento “no costará ni un euro al Estado”, porque los ¡50 millones de euros! que la fiesta propagandística se llevará por delante en cinco días, serán pagados por los alegres “peregrinos” que asistan al evento, las empresas patrocinadoras del mismo y los donativos particulares de personas no menesterosas.

Parece claro que el pensamiento único del gestor económico, le impide ver la realidad de unos hechos incuestionables, mal interpretados por él sin intención alguna, que exigen las matizaciones correspondientes, sin ánimo de criticar a la confesión religiosa convocante.

Cierto es que el Estado no se va a gastar ni un céntimo en el festejo porque éste sólo es una entelequia pobre de solemnidad, formada por el conjunto de órganos de gobierno de un país soberano, que se limita a administrar lo que recibe de los ciudadanos. Es decir, que sería más correcto decir que los contribuyentes no van a pagar ni una “perra chica” en la propaganda católica que actualmente tiene bloqueados los medios de comunicación.

Pero, aún expresándose así, el señor Barriocanal estaría faltando a la verdad porque las concesiones y los servicios que nuestros representantes políticos han puesto a disposición de la Iglesia católica, organizadora del acontecimiento, no son gratuitos aunque su cálculo sea imposible. Tal es el caso de la seguridad, las obras de acondicionamiento y posterior desacondicionamiento, la cesión de espacios libres y locales, los ventajosos precios del transporte, las reducciones impositivas y tantas otras concesiones que cuestan mucho, pero que mucho dinero a los ciudadanos, aunque los organizadores hablen sin pudor del gran negocio que se va a hacer quienes están sobrados de beneficios.

No pretendo responder al señor barriocanal como hizo Gonzalo de Córdoba con el rey Fernando, porque los euros que cuesta el dolor de los hambrientos al contemplar ese despilfarro, la indignación de los “indignados”, la impotencia de los parados, el llanto de los desfavorecidos y la humillación de los pobres, no tiene precio ni hay máquina registradora capaz de sumar la cantidad que representa.

Debe saber el director financiero de la católica manifestación que el problema no está en quién financie semejante exceso, ni si el Estado va a pagar mucho o poco por ello. No. Lo indecente es que en un evento propagandístico de tal magnitud, la iglesia de los pobres y desheredados de la fortuna, dilapide ¡50 millones de euros! en publicidad, en vez de remangarse y luchar en el fango por la liberación de los oprimidos. Esto es lo penoso.

Ese es el debate y no otro. Eso es lo detestable y no el diseño de las mochilas o los rollos de papel higiénico blancoamarillento que van a ser arrojados desde balcones por donde la crisis no ha pasado, como no pasó la plaga bíblica por las casas de quienes habían pintado el dintel de su puerta con sangre de cordero.

Lo triste es que las viviendas de politiqueros, banqueros, especuladeros y ladrilleros, ajenos a la brutal crisis que padecemos, no estén estigmatizadas con sangre de animal, sino de humano, y que las jerarquías eclesiásticas vayan paseándose a hombros de fieles privilegiados por esos mundos de Dios, mientras la otra iglesia, la profética, la evangélica carnal, se vaya dejando la piel por el mundo redimiendo la pobreza y compartiendo la miseria con los hijos de Dios que abandona en la cuneta la insolidaridad de una iglesia de púrpura, festejo y pandereta.