Navegando por
Etiqueta: escalofrío

PESADILLA

PESADILLA

Apagaba dolorido la televisión al tiempo que el cielo picoteaba su bóveda para mostrarnos las estrellas, y la tijera del ocaso recortaba un círculo en la negra cartulina celeste dando paso a una opaca luna sin esperanza, ni brillo, ni plata, ni suspiro que pudiera aliviar la imagen de la pantalla que llevaba en la retina cuando recosté la cabeza en la almohada y puse a trasnochar el sueño, vigilante en el silencio acompasado de improvisados latidos entre las sábanas.

El recuerdo de lo visto no ayudaba al encuentro con Morfeo, cuando pude, al fin, entregarme a la transitoria desaparición diaria en dulce inconsciencia de duermevela, con el desesperanzador abatimiento de compartir con mis vecinos un país almonedado y aturdido por el desconcierto de ciudadanos que nada comprenden de quienes rigen su destino en el mercado político, sabiendo que no van a ser echados de los sillones a cinturazos.

Horas después, al abrirse la madrugada de este domingo, no me ha sucedido como al poeta, incapaz de recordar el sueño de medianoche, pues sufro la pesadilla de vivir en un país alejado de la realidad deseada por quienes lo habitamos, con reventones de bilis sobre las portadas de los periódicos y pantallas televisivas que nos zarandean el alma, mientras un escalofrío recorre nuestras espinas dorsales sin advertencia previa.

No puede ser cierto, me dije, sin certeza alguna. Pellizqué el brazo, sacudí la cabeza, di palmetazos en el rostro y me eché un jarro de agua helada por la cabeza para cerciorarme que estaba despierto, sin conseguirlo, pues la pesadilla era más fuerte que la negativa a consentirla.

Tal vez por eso anda en mi delirio revuelta la arcilla y las corbatas son lazos de horca que suspenden a los reos de los árboles donde los buitres esperan impacientes la aniquilación de los culpables, sin posible redención en los púlpitos ni perdón en las pilas bautismales regadas con sangre inocente y harta de sacrificios inmerecidos en altares donde las pancartas son blanqueadas por leyes artificiales dictadas por los ejecutados en mi pesadilla.

¿ QUÉ ES POESÍA ?

¿ QUÉ ES POESÍA ?

a

Qué es poesía, le preguntaban ayer las ondas de radio a una adolescente que mecía los versos en la lozanía de su juventud, con la misma inquietud que el poeta de rimas se hacía esa pregunta, y voy a desesperanzarla diciéndole que poesía no es la enamorada cuando clava su pupila azul en el iris de su enamorado.

Tampoco es poesía aquello que en el verso queda, como dijo el de Tábara, cuando se avientan las palabras que lo forman y pierde los caireles de la rima,
 el metro, la cadencia 
y hasta la idea misma. Ni siquiera es poesía la manifestación de la invisible belleza puesta al descubierto en estrofas aromatizadas con ensoñadores pétalos.

Si la poesía fuera expresión trivial de íntimos sentimientos, convertiría la estética en exhibicionismo. Si pretendiera ser arte poético encristalado, moriría en su intento por mantenerse en la ortodoxia del diccionario. Y si intentara idealizar líricamente la belleza con el alfabeto, sería un esfuerzo baldío porque en el intento perdería su nombre.

Transformada en creación dócil, la poesía se disfraza de harapos. Destilada en el serpentín especulativo, huye a los trigales para refugiarse en el seno de la espiga. Cristalizada entre algodones se evapora por las alcantarillas sociales. Y licuada por la erudición, nunca toma la forma del recipiente.

No es la poesía refugio de alas, ni sigiloso nidal, ni ponedero feliz, ni cavidad bulliciosa, ni crisálida en capullo. Ni siquiera pregonera de secretos, cantos enjaulados, hija de temblores, heraldo de nostalgia, o vuelo de humo que se diluye en sentimiento puro y deshojada idea.

Si tampoco es la poesía vaguedad de niebla, anclaje de esperanzas, reservado cenáculo de sentimientos, bullicioso silencio, soñadero conmovido, helado fuego, pequeño mundo, paraíso perdido, ni estremecimiento, pálpito, escalofrío, caricia, beso o denuncia, ¿qué es, pues, la poesía?