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POLÍTICOS DESMEMORIADOS

POLÍTICOS DESMEMORIADOS

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En plena resaca electoral multicolor y oyendo hablar a ciertos políticos, se confirma la desmemoria de quienes se olvidan sus actuaciones y palabras, lo cual hace pensar en una posible enfermedad mental cuya evolución es imprevisible por impedimento de la metamorfosis lingüística invalidante y descreditadora de su memorias, formando el grupo de los desmemoriados hijos de Pérez Galdós.

Dolencia que afecta al grupo de políticos ocupados en mamar directamente de la ubre pública sin descanso, estando esta patología relacionada con la molieriana enfermedad imaginaria descrita por el escritor francés, ante la preocupación de psiquiatras incapaces de encontrar un fármaco que permita recuperar la memoria a quienes la han perdido intencionadamente, en beneficio suyo y para siempre.

Se trata de una enfermedad simulada por quienes aparentan olvidar promesas y actuaciones hechas en un pasado inmediato con intención de confundir a los ingenuos, pero muy alejadas de sus verdaderas intenciones, lo cual da un tinte de cinismo nada deseable en un hipotético representante ciudadano que realmente solo se representa a sí mismo. Dolencia sin tratamiento curativo cuyos síntomas externos en la mentira, acompañada de gestos teatrales que desprestigian a los cómicos verdaderos.

No hay remedio para la desvergüenza, ni fármaco específico para la desfachatez de tales politiqueros, autoconvencidos de su impunidad por los digodiegos, ignorando que el cinismo no inmuniza a los farsantes aunque se inoculen cada mañana el germen de la manipulación y el engaño, como si se tratara de la famosa bebida chocolateada que toman para golpear con trampas a los ignorantes.

Ojo con estos pacientes, por las dos variantes que tiene la enfermedad: unos se desmemorian con el fin de recuperar lo codiciado al precio que sea, y otros para conseguir lo que nunca tuvieron, como sea. Pero su actitud es la misma: negar compulsivamente que dijo lo que dijo, afirmando que jamás dijo lo que verdaderamente dijo, sabiendo que, efectivamente, dijo lo que niega que dijo.

Tened en cuenta que no existen pastillas milagrosas para obligar a los afectados a desvelar la verdad de toda su mentira, pero podéis desintoxicaros con los pequeños recortes que se expanden por las hemerotecas de forma gratuita, para que cualquier ciudadano pueda ver la trampa que quieren tenderle los tahures de guante blanco, cuando se les da un micrófono o se les ofrece la página de un periódico.

MISSING

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Un buen amigo de los que empluman con papeletas la gaviota en cada proceso electoral, anda como alma en pena por las esquinas lamiendo su decepción al ver los digodiegos populares y el mutismo de Rajoy, desaparecido en pleno hundimiento corruptivo.

Ahora resulta que Bárcenas ya no es Bárcenas aunque no haya dejado de ser Bárcenas hasta la semana pasada, ante el asombro del personal y el silencio del jefe de la banda que permanece “desaparecido”, mientras la señora Cospedal y sus muchachos intentan despistar a los ciudadanos con maniobras que interesan tanto al pueblo como a un cuadrúpedo la Crítica de la Razón Pura. Curioso fenómeno de escapismo, en el que todos se han escondido tras la cortina de humo artificial que se han fabricado, sacando de la chistera una comisión de investigación cuyo resultado no será otro del que va a ser.

Sucede que a ciertos políticos, la verdad y la honradez les genera graves erupciones en la piel, cuyas pústulas producen escozores aliviados solamente con juegos colectivos inventados por ellos en los que nos obligan a participar a los demás, bajo pena de ser decapitados por la guillotina del poder, ante la mínima discrepancia.

Rajoy lleva meses desparecido en el combate contra la crisis, optando más por pasatiempos derivados de sus contradicciones y engaños electorales, que por las cartillas escolares, las recetas médicas y la justa justicia, aunque con ello irrite a la mayoría, convenza a los ignorantes y despiste a los ingenuos, permitiendo que los oportunistas llenen sus bolsillos y los usureros desahucien a los desvalidos, mientras la hambruna peregrina por los contenedores.

Vive el presidente en su torre de marfil alejado de toda contaminación social y rodeado de culturetas, convirtiendo crudas realidades, en idílicas novedades virtuales. Troca injustas reformas laborales en éxitos de gestión. Aprovecha pretextos injustificados para escamotear su incapacidad. Hipoteca las hipotecas con hipotéticas soluciones. Golpea más veces en la herradura que en el clavo. Desenchufa los micrófonos en los debates populares. Intercambia atropellos legales con sentencias judiciales. Y canjea papeletas electorales, por sabe Dios qué.

Ahora sólo resta confiar en la inteligencia del pueblo, el valor de los jóvenes y la indignación de los indignados, para ganar el futuro soportando la carga, sin permitir que los ciudadanos se conviertan en un nuevo juguete político de quien escurre el bulto lastimosamente ante el pueblo que gobierna.