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EL RIESGO DE SER AMANTE

EL RIESGO DE SER AMANTE

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El empeño del amante por reconocerse en el amor puede llevarle a no encontrar su imagen reflejada en la pupila del amado, quedando vacilante y a la intemperie en el infortunado destino, maldiciendo su estampa por intentar beber agua enamorada en manantiales secos de amor.

Ello sucede cuando el amante limita su existencia a la persona amada y toda visión personal pasa a través de ese filtro que distorsiona la realidad y amenaza catástrofe, porque ese amor roba y no enriquece por falta de respuesta, predestinando al amante desprevenido a sufrir dolor por su esclavitud ante la mirada desdeñosa del amado.

El amante arriesga, empeña su alma, hipoteca la vida, clausura el futuro, vive en la sombra  y sacrifica la vida por el amado, aunque la mutua pertenencia no traspase el umbral de la esperanza, guardando el consuelo de haberse entregado al amor en el desván de la memoria, como recuerdo nostálgico del tiempo que amó sin ser amado.

En la pérdida, sufre el amante la derrota, pretextando esperanzas frustradas, sentimientos estremecidos y temblores abandonados sobre la fría patena de recuerdos estremecidos y senderos empedrados, donde se han borrado las huellas del amor compartido en lejanos atardeceres por caminos arenosos conservados en la memoria.

Tras el desgarro, recompone el amante los girones del alma con solitario empeño, olvida en el lacrimoso insomnio las promesas de permanencia, abre rendijas en el muro del desengaño, redime su dolor con lágrimas amargas y recupera la identidad perdida durante el tiempo que fue amante.

CARTA A UN EXALUMNO PARADO

CARTA A UN EXALUMNO PARADO

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Mi inolvidable Raúl:

Difícil se me hace explicarte la contradicción que supone compartir el desánimo y la desesperación que destila tu carta y mantener los consejos que que me oíste decir en clase durante los años que pasamos juntos, que hoy repito sin quitar una coma porque sigo creyendo en los valores que siempre he defendido, por mucho que te cueste aceptarlos en la situación que te encuentras.

Sigo creyendo que con dinero no puede adquirirse nada que valga la pena, como la amistad, el amor o un soplo de felicidad, porque las esencias de la vida no se venden en taquilla alguna, aunque ahora me llegue tu queja por invitarte a soñar en un mundo que nada tiene que ver con el ambiente que predomina a tu alrededor.

No, Raúl, sigue haciendo caso a este viejo profesor y organiza tu vida en torno a valores que te ayuden a salir del entorno decadente que te envuelve, moralmente empobrecido y éticamente arruinado, donde la traición, el abuso, la desvergüenza y la mentira campan por sus respetos, violando las fronteras de la honestidad, el honor, la dignidad y la verdad.

Debes saber que comerciar en la vida con platos de lentejas a cambio de valores duraderos, sólo conduce a la desdicha, aunque luzcan el dinero y la fama su belleza disfrazada en el escenario, antes de tornarse en llanto, soledad y desconsuelo cuando se apagan las candilejas y baja el telón.

No, Raúl, no creo que te hubiera ido mejor afiliándote a un partido para garantizarte un buen futuro sin esfuerzo, como dices en tu carta, porque las servidumbres personales son muchas y escasa la libertad de pensamiento, en un dominio de mentira y codicia, sometido a la ambición de poder, que mutila sentimientos nobles inundando el alma de miseria.

Tampoco debes lamentarte, en estos momento de negro futuro, de haber optado por el duro camino del esfuerzo sin buscar atajos en cartas patrocinadoras, porque el trabajo te abrirá camino y al buzón de tu vida llegarán cartas de amistad sincera y amor compartido, que compensarán la falta de liquidez en tu cuenta corriente.

No dejes que el desánimo anude tu voluntad a la derrota, ni tires la toalla, y sigue estudiando, leyendo y luchando para ganar el futuro que mereces, gozando de tu pequeña, abrazando a tu mujer, enganchado a la vida y manteniendo los valores que compartimos, porque la felicidad doméstica vale más que todas las sonrisas de porcelana que recibas.

Persevera en el esfuerzo, confía en tus posibilidades, afánate y no te canses de bregar cuando apenas llevas unos años combatiendo con la vida, por mucho que la amarga realidad del paro haya llamado a tu puerta, sin tener cuenta el título de ingeniero que ganaste a base de renuncia y sacrificio.

No cabe, Raúl, el desánimo ni la desesperación, aunque te toque sudar en tierra extraña como me sucedió a mí durante muchos años, para ganar el futuro que deseas entregarle a tu familia, porque te sobra fuerza interior para hacerlo, entusiasmo para lograrlo y el amor incondicional de las personas que te quieren, entre las que me encuentro.

Recibe un abrazo de tu profesor, que no te olvida.

ESPIRAL EN EL NAUFRAGIO

ESPIRAL EN EL NAUFRAGIO

Los aficionados a las matemáticas saben que la espiral geométrica es una línea curva que gira alrededor de un punto y se aleja cada vez más de él. Pero como ciudadanos sabemos que esa línea tiene poco que ver con la espiral de dolor y frustración que están padeciendo los socialistas desde el día que se abrieron las urnas.

A partir de ahí, los jardineros de la rosa no se conforman con cabrearse entre ellos, sino que llevan semanas desorientando al personal con sus idas, venidas, silencios y esperas, llevándose en el trasiego a los supervivientes del cataclismo hasta el redil de las tinieblas políticas, donde sólo se escucha llanto y crujir de dientes.

No es posible la vida política sin crítica democratica a la gestión del gobierno, por eso necesitamos con urgencia un antídoto contra el aturdimiento de la futura oposición que en su irrefrenable huida hacia adelante se aleja en espiral de la realidad, envuelto en la confusión ideológica.

De momento tenemos suerte porque las palabras no han perdido para nosotros su significado, aunque algunas opiniones intenten confundirnos aromatizando la rosa con pestilentes maniobras, sin solución posible.

Se mire por donde se mire, no hay disolvente capaz de licuar tanta desilusión en los votantes socialistas a causa del emplaste que están preparando en Ferraz, donde la tensión aumenta de forma tan incontrolada que sus detritos ya nos están salpicando a todos, hermanando la espiral de tensión interna con la de frustración externa.

Ante tal futuro sólo cabe pedir un máster en sentido común para los sacerdotes que ofician esta ceremonia de la confusión. Sí, porque no hay tratamiento para el autismo social que padecen algunos dirigentes, caracterizado por un ensimismamiento y desinterés total por lo que sucede extramuros del nº 70 de Ferraz,  donde tiene su injerto la rosa que está desgastando la ilusión de sus leales simpatizantes.

La falta de empatía con el pueblo, unida a la frustración por la derrota, produce en algunos cabecillas tensión en los músculos faciales, aceleración de latidos y desencajamiento de maníbulas como preludio de los exabruptos que proyectan contra las paredes domésticas de quienes no están de acuerdo con ellos. Las consecuencias de tal sofoco son el atragantamiento, las náuseas y los vómitos provocados por quienes se pasan el día echando excrementos y culpas en platos ajenos, sin darse cuenta que son ellos mismos los cocineros del fracaso.

Las ideas obsesivas que acumulan ciertos líderes aumentan el desengaño, construyendo el enfado sobre el enfado, porque cada pensamiento negativo excita aún más el precedente, cerrando las puertas a la razón y generando un irrefrenable deseo de acabar con los disidentes. No perciben que ese alejamiento en espiral de la realidad los hunde poco a poco en el pozo cada vez más profundo de la frustración.

La única solución es huir a campo abierto para ver desde allí la realidad del bosque en el que se encuentran perdidos. Pero no pueden porque están presos de una obcecación que les atenaza. En su caso no cabe la solución del anuncio televisivo, pues no hace bien al país ver a la oposición por el suelo para calmar la ambición incontrolada de sus líderes. Espiral que va transformándose en círculo vicioso, incapacitándoles para romper el eslabón que les devuelva al mundo real en que habitan la mayoría de los mortales.

Sólo un curso intensivo de inteligencia social puede sacar del abismo a la nomenklatura socialista que ha ido del fracaso electoral al sufrimiento por el camino más corto, simplemente por ser cejijuntos emocionales, dispuestos a sacrificarlo todo al precio que sea, para evitar pagarse de su bolsillo los billetes de regreso a Cantabria, Barcelona y Sevilla.