FUERTE DESPLIEGUE POLICIAL
En poco tiempo, acabaremos hartos los ciudadanos de leer en los periódicos y escuchar en emisoras de radio y televisión la frase “fuerte despliegue policial”, porque las movidas populares que se avecinan van a requerir de fuertes medidas de seguridad para contener la justificada ira del pueblo.
Los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que sufren como el resto de la población los salvajes recortes que no llegan a los causantes de la crisis, verán incrementado sensiblemente su trabajo sin recibir compensación alguna porque sus despliegues por calles, Instituciones y sedes de partidos, van a ser diarios.
Eso hará que los servicios de urgencia de los hospitales se saturen de policías heridos y ciudadanos contusionados con motivo de las actuaciones policiales, que van a proliferar este otoño como setas propias de la época.
En los calabozos de comisarías y juzgados se hacinarán los cientos de detenidos por los agentes que formarán el fuerte cordón policial encargado de reprimir manifestaciones, sentadas y protestas de la población, harta de soportar el peso de una crisis que han provocado aquellos que no se ven afectados por la catástrofe.
Pero nadie se ha preguntado qué pasará si los propios guardias civiles y policías se quitan los cascos y las defensas con que golpean a sus vecinos y se unen a ellos, para ir juntos a por los depredadores y politiqueros que no han cedido aún ninguno de sus privilegios, en un alarde de desprecio y falta de ejemplaridad que ofende al más común de los sentidos.