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Etiqueta: cisco

PROBANDO PROBADURA

PROBANDO PROBADURA

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Llámese probadura, chichas, picadillo o como prefieran los catadores de carne de cerdo picada y pimentada, como primera degustación del puerco que ha estado cebándose en la cochiquera doméstica, hasta que un matarife, ayudado por familiares y vecinos hacen posible la matanza tradicional, festejo feliz para todos los participantes en ella, menos para el animal que acaba embuchado en sus propias tripas.

A una cata de fritura carnívora con huevos fritos sin puntilla, nos invitaron los alcaldes de Matilla de los Caños y Villalba, buenos amigos que aprendieron a jugar al tute con los dos forasteros invitados al convite, mientras Pili manejaba con sabiduría el figón, Antonio ponía el vino y el párroco del pueblo sobrellevaba junto al brasero de cisco, el catarro que se había apoderado de sus narices.

El cornetín de órdenes nos llevó a todos los parásitos a la mesa para degustar chichas rojas o blancas, según que terminaran embuchadas como chorizos o salchichones, coloreados por capricho del pimentón o blanqueados con pimienta por ausencia del rojo condimento, acompañadas de huevos fritos, estando los tres productos recomendados por los cardiólogos para eliminar el colesterol de los vasos sanguíneos.

Tratamiento de efectos curativos inmediatos, no por los colesterolíticos alimentos que contribuyen a cerrar el paso a la sangre por los conductos vasculares, sino por el placentero espacio creado en torno a la mesa, fruto de la fraternal amistad que unió a los comensales entre chistes, risas y bromas, mientas yantamos y libamos cuantas chicas pusieron en los platos y vino en las copas.

Alzo desde esta bitácora mi copa por Belén, recordándole a Ciriaco el cántaro de néctar de uvas que nos debe, porque el doctor Santos hizo bien su trabajo, poniendo ella la valentía necesaria para hacer posible el nuevo encuentro que todos anhelamos para abrazar a la querida alcaldesa del pueblo.

PRIMERAS CLAVES DE LA CAMPAÑA

PRIMERAS CLAVES DE LA CAMPAÑA

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En la infancia me atufaba el monóxido de carbono producido por la incompleta combustión del cisco que alimentaba los braseros, alrededor de los cuales ahuyentábamos el frío y aliviábamos los sabañones.

Hoy me atufan las declaraciones de los líderes políticos,  trayendo a mi pituitaria extraños efluvios que me hacen pensar en la aparición de un nuevo lenguaje político durante la próxima campaña electoral, generado por malas experiencias anteriores, desde que los ochocientos  mil puestos de trabajo prometidos por Felipe estuvieron rebotándole durante años en la cabeza.

Igualmente, la experiencia ha enseñado a los políticos que las mentiras sobre titulaciones universitarias  exhibidas por Roldán, no tienen futuro en las urnas. El cinismo del jefe de la Guardia Civil puso en sobreaviso a los ignorantes de las últimas listas electorales, animándoles a incluir en sus biografías un nuevo término inexistente en el diccionario,  apareciendo así múltiples “tienestudios”, ciudadanos iletrados que ocultaban descaradamente su ignorancia tras esa cortina de humo, aparentando poseer títulos inexistentes que les han permitido camuflar en esa ambigüedad falsos currículos profesionales.

De esta forma sabemos que la responsable de la campaña de Rubalcaba, Elena Valenciano, dice en su página Web que  “tiene estudios” en Derecho y Ciencias Políticas, vamos que asistió a unos cursos acelerados en una academia privada sobre esos temas o que ha leídos algunas páginas en libros no acreditados.

Anteayer nos han dicho los líderes políticos, sin querérnoslo decir, el lenguaje que van a utilizar al presentar sus propuestas de gobierno para los próximos cuatro años. Camps hablaba de “aspiraciones” de su partido y Rubalcaba veía posible crear empleo en la próxima legislatura.

Oído esto, no habrá promesas ni compromisos, sino ambigüedades y trampas dialécticas, es decir, aspiraciones, deseos, sueños, afanes, anhelos, proyectos, o sea, humo, nada.

Así, la derecha “aspirará” a crear tres millones y medio de puestos de trabajo; a la izquierda le “gustará” mejorar la educación; le “encantará” a la derecha recuperar un millón de pequeños empresarios; y la izquierda “anhelará” mantener el Estado de bienestar;….  ¿Seguimos? No vale la pena. Esto es lo que nos espera hasta que se nos acabe la paciencia y la indignación nos empuje a tomar la Bastilla.