¿CÓMO LO CONTARÁ LA HISTORIA?
Hoy, que la fortuna tocará el timbre de unos pocos agraciados con las bolitas de la lotería, mientras la pobreza continuará dando rotundos aldabonazos en las puertas resquebrajadas de la mayoría silenciosa, me gustaría saber cómo contará la historia el origen de la crisis que estamos sufriendo, a quiénes culpará de la misma, qué juicio merecerá la actitud del Gobierno y cuál será la repuesta final que dará el pueblo, después de permanecer en silencio sufriendo castigo con la resignación de carneros moribundos.
Me gustaría saber qué dirán los futuros manuales de sociología sobre la parálisis ciudadana que nos impide llevar la revolución popular más allá de las pancartas, las protestas y los gritos callejeros.
Me gustaría saber el análisis que harán los psicólogos sobre los bloqueos mentales de ciudadanos que les impiden llegar a la insumisión, pretestando obediencia debida a órdenes que van en contra de su conciencia.
Me gustaría saber si la Iglesia pedirá perdón en el siglo venidero por dejar a un lado el evangelio liberador de la hambruna y ocuparse del matrimonio homosexual, olvidando la misión que su Dios le tiene encomendada.
Desconociendo estas respuestas, me gustaría que existiera el infierno porque eso consolaría la indignación popular, sabiendo que politiqueros, estafadores, usureros y corruptos, recibirían el castigo del fuego eterno, por mucho que ahora se den golpes de pecho en los reclinatorios, con la bendición de una Iglesia que mira para otro lado, mientras toma chocolate con churros en casa de los depredadores.