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OKUPACIOS

OKUPACIOS

Andan los juristas y académicos de la Lengua trabajando a marchas forzadas para establecer una definición de la nueva figura social que los políticos van a implantar por vía rápida, mediante un decreto que veremos en el “papelín oficial” dentro de unos días.

Sabemos que los okupas se dedican a ocupar ilegalmente viviendas, patios y locales deshabitados; y que los desahuciados son seudopropietarios o arrendatarios expulsados de sus viviendas por no abonar rentas o cuotas hipotecarias. Pero falta por definir a los okupacios que el Gobierno va a sacar de la chistera sin avisar, poniendo en sociedad un nuevo colectivo sin definir en los diccionarios y códigos legales.

Según parece, el decreto que se avecina propone que los indefensos y condenados morosos puedan seguir viviendo en las casas hipotecadas perdiendo la titularidad de las mismas. Es decir, que podrán vivir temporalmente sin pagar en pisos que pertenecen a otros, convirtiendo en okupas a los desahuciados, y creando la figura del okupacio.

Con ánimo de ayudar a juristas y sabios que limpian, pulen y dan esplendor a nuestra lengua, se me ocurre definir al okupacio como: “Persona llevada por banqueros y politiqueros a la ruina, que pierde su vivienda a favor de los depredadores con permiso de falsos electoreros, pasando al corredor de los desahucios en espera de su condena a la intemperie”

MANIFESTACIÓN

MANIFESTACIÓN

Los dirigentes políticos deben saber que veinte mil salmantinos manifestándose por las calles de Salamanca, son demasiados salmantinos protestando indignados contra todo lo que se mueve en esta doliente España. Sobre todo si tenemos en cuenta que muchos de ellos dieron su voto de confianza a un partido cuyo Gobierno está haciendo lo contrario que dijo que haría, cuando los ciudadanos le dieron masivamente su voto.

Tal vez por eso, se oyeron en la manifestación eslóganes duramente críticos con el Gobierno y muchos insultos en pequeños grupos circulantes, irreproducibles en esta bitácora porque los dioses y familiares de los políticos, nada tienen que ver con los atropellos del Congreso, que ayer oficializó los recortes con el exclusivo voto popular de los impopulares seguidores del vuelo equivocado de la gaviota.

El deseo de que “el próximo parado sea un diputado” fue unánime, así como el grito de guerra pidiendo a los “banqueros y políticos, menos cachondeo y menos choriceo”, mientras se anticipaba el “final de la paz social”.

Finalmente, un destacado líder tomó la palabra ante la prensa, en nombre de los 20.000 manifestantes, para decir que “el gobierno está gobernando de espaldas a los ciudadanos, al margen de lo que están sufriendo las familias. Están haciendo recortes que sólo benefician a los políticos corruptos, a la economía sumergida, al sistema bancario y a la Iglesia”.

Pero esta mañana los parados desayunarán el mendrugo ácido de la frustración, los trabajadores acudirán indignados a sus puestos y los pensionistas caminarán con el miedo bajo el brazo, mientras los banqueros se abanican con billetes de quinientos euros, los corruptos hacen la peineta a la justicia, los millonarios toman el sol en la cubierta de los sus barcos y los políticos siguen mamando de la ubre.