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BANCOCRACIA

BANCOCRACIA

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Cuando todos festejan el «día del trabajo», yo miro para los causantes de la falta de trabajo, en un país de 47 millones de personas que sobrevive con el esfuerzo de 16 millones de ellas, pues hay 6.202.700 de parados que se muerden los puños de rabia ante la injusta situación que están pasando, por obra y gracia de graciosos financieros que obraron bien para ellos, desgraciando a la mayoría de sus vecinos.

La jóvenes democracias modernas asomaron el cuello por la ventana de la historia en la segunda mitad del s. XIX dando paso al gobierno del pueblo, instaurando el sufragio universal, aboliendo la esclavitud y proclamando sobre el papel los derechos humanos, aunque la realidad haya sido bien distinta.

Quiere decir con esto que la democracia está todavía por estrenar en su plenitud, conformándonos los ciudadanos con proclamar sus deficiencias y mentiras, pero aceptando que es el mejor sistema de gobierno, teniendo en cuenta las sangrientas consecuencias a que nos han llevado las dictaduras, con millones de muertos en su haber a lo largo del último siglo.

Hoy pretenden engañarnos los gobernantes con grandes palabras que usan como calderilla, pretendiendo convencernos que vivimos en una democracia gobernada por el pueblo y alejada de los consejos de administración bancarios donde asientan sus reales los poderes financieros que realmente gobiernan el mundo.

Esta bancocracia se caracteriza por arruinar al pueblo, sin contar con el pueblo. Algo así como el despotismo ilustrado, pero sin ilustración alguna, lo que transforma la seudocracia en financiocracia, donde los pocos que más tienen se llevan lo que a todos pertenece, dejando a la intemperie a los legítimos propietarios del dinero que se llevan.

Hoy ha desaparecido el capital productivo dando paso a la especulación financiera más deshumanizada y feroz que imaginarse pueda, dispuesta a convertir las ciudades en grandes morgues de miseria, mientras los especuladores respiran aire limpio en paraísos fiscales terrenales, dejando para los ingenuos un paraíso virtual que consuela su pobreza pensado en eternas recompensas celestiales.