ME DUELE SIRIA
No nos bastaron a los españoles las tres guerras civiles del siglo XIX para comprender que las diferencias ideológicas entre familias y vecinos no podían resolverse a tiro limpio en una fratricida guerra incivil, y nos despachamos años después con una nueva barbarie difícil de catalogar y definir.
La provocación vino de la derecha incivilizada en las cuatro ocasiones, perdiendo en tres de ellas y saliendo victoriosa a las cuarta, con unas consecuencias que todavía padecemos quienes no tuvimos arte ni parte en ello.
Hoy en Siria sufren asadistas y rebeldes las mismas atrocidades que padecieron nuestros antepasados, haciendo que se nos encoja el alma con las sanguinarias imágenes que nos ofrece a diario la televisión.
Me duele Siria por la injusta sangre que están derramando los inocentes en ese matadero. Me duele Siria por la barbarie que se está apoderando de los corazones inocentes. Me duele Siria por el abuso de quienes ordenan las matanzas desde alfombrados despachos. Me duele Siria por lo que tiene de inhumano, irracional y brutal toda guerra. Y me duele Siria porque vivo el sufrimiento y la angustia de dos amigos sirios que comparten la vida con nosotros.
Uno mi dolor a los del médico Raduan y el filólogo Omar, conmovidos por la tragedia que están viviendo sus familiares en la tierra que les vio nacer, destilando lágrimas desesperadas mientras sus padres, hermanos, parientes y amigos, huyen despavoridos de la matanza provocada por vesánicos machetes, irracionales balas, cañonazos enloquecidos y bombardeos indiscriminados.
Soy enemigo militante de la guerra, pero fortalezco mi actitud cuando los machetazos y tiros son entre hermanos y vecinos, porque nada envilece tanto al ser humano como una salvaje guerra civil.
Uno mi dolor al de Omar y Raduan. Sufro con los sirios que buscan a sus familiares en las apestosas morgues. Condeno a los países que negocian con la muerte. Maldigo las cruzadas liberadoras de la nada y reniego de mi condición humana.
Un comentario en «ME DUELE SIRIA»
Agradezco mucho el hecho de que usted me haya mencionado en este valioso texto. Me ha gustado, aunque intente disimularlo, me duele Siria y mucho, pero siempre hemos sido víctimas de las arrogancias de unos mercenarios que no saben lo que es la piedad ni la compasion. Gente como usted nos hace ver la vida de otro color, le saludo atentamente.