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Mes: marzo 2020

CARTA A LOS SANITARIOS

CARTA A LOS SANITARIOS

Mis queridos, respetados y admirados sanitarios:

Sea esta carta una palmada más que se une al aplauso que ayer os dieron muchos españoles a las diez de la noche, para agradeceros los esfuerzos, sacrificios y renuncias personales que estáis haciendo por nosotros en esta pandemia que nos asedia, con desprecio a vuestra propia salud, pues muchos de vosotros acabaréis contaminados por el coronavirus, en la generosa lucha que mantenéis por evitar consecuencias fatales para nosotros.

Somos conscientes que los políticos no van a salvarnos de la fibrosis pulmonar, ni las rogativas a lejanos dioses van ha realizar milagro alguno, pues serán vuestra profesionalidad y trabajo los salvadores de nuestro mal, si el microscópico agente infeccioso formado por ácido nucleico rodeado de proteínas, decide instalarse en nuestras células pulmonares para reproducirse en ellas.

En este agradecimientos estáis incluidos todos los sanitarios de hospitales y centros de salud, sin distinción de sexo ni competencias concretas en cada servicio, porque juntos marcháis guiados por vuestra incondicional entrega a un oficio solo apto para personas de vuestra condición moral y profesional.

Sabemos que estos días podemos acabar en vuestras manos y confiamos plenamente en ellas, porque sois ejemplo de la fortaleza y preparación científica, que os capacita para hacer que ruede por el suelo el buitre negro de la pandemia que vuela sobre nuestras cabezas, porque en ello ya estabais antes de que los dormidos despertaran.

No os conocemos personalmente, ni nos importa, pero sabemos que estáis las veinticinco horas del día pendientes de nosotros, por si un golpe de fiebre nos limita y los pulmones se niegan a realizar las aspiraciones necesarias para vivir, impedidos por un maldito Covid-19 que a todos amenaza.

Pase lo que pase, estaréis esperándonos a la puerta de los centros sanitarios para ayudarnos a sobrevivir, sin recibir a cambio el reconocimiento que merecéis por parte de la madrastra que pretende compensaros con euros una labor que merece el espaldarazo institucional que no os llegara nunca, porque las elogiosas palabras que os dedican son desmentidas por el comportamiento que la Administración tiene con vosotros.

Todos los que os admiramos y respetamos, queremos daros las gracias por vuestros desvelos; por las horas interminables que nos estáis dedicando; por la valentía de poner en riesgo vuestras vidas para salvar la nuestra; por vuestro altruista cumplimiento del Juramento Hipocrático; por la sabiduría que atesoráis; por la generosidad de vuestra alma y la empatía que mantenéis con los enfermos que el virus pone en vuestras manos.

Gracias por vuestra comprensión con quienes no os comprenden; gracias por vuestra ayuda a quienes os critican; gracias por vuestro respeto a quienes no os respetan; por vuestra paciencia con los impacientes; gracias por la dignidad con que ejercéis el sagrado oficio de salvar vidas; gracias por compartir nuestro dolor; y, sobre todo, gracias por todas las gratitudes que tenemos pendientes con vosotros.

MACHOTES Y MUJERES

MACHOTES Y MUJERES

El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reconocer los avances conseguidos en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, tras años de luchas llevados a cabo por lograr la equiparación total de ambos sexos, recordando a las mujeres y hombres que lo vamos consiguiendo, esperando alcanzar pronto la plena igualdad de género, a pesar de los machotes que todavía quedan sueltos por el mundo.

No olvidemos que aun hay 2.700 millones de mujeres sufriendo restricciones legales que impiden tal igualdad, con la dolorosa estadística de que la tercera parte de mujeres sufre violencia de género, ejercida por machotes al descubierto, gremiados y censados, juntos a los más peligrosos que van por los despachos disfrazados de lo que no son, que debemos apuntar con el dedo.

Tal es el caso de los machotes institucionales que se preguntaron: “Qué hacía una tía en moto”, cuando la mandataria de turno tuvo un accidente en la capital del reino, como perla de la antología más detestable de rancio machoteísmo practicado por algunos verracos mentales de la fauna ibérica.

¿Recordáis al dimitido presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior y su despreciable frase de que “las leyes son como las mujeres, están para violarlas”? O las palabras del alcalde de Madrid repartiendo carnets de mujeres auténticas solamente entre las féminas que optaban por la maternidad.

Tampoco es fácil olvidar los “morritos” del alcalde pucelano que le hacían pensar lo que no podía decir, después de haber dicho que la ministra Chacón parecía “la señorita Pepis vestida de soldado”. Algo parecido al comentario del “guerrero” sevillano que no tuvo reparo alguno en referirse a una ministra, como “Carlos II vestido de Mariquita Pérez”, que luego remató diciendo: “Hay que convivir con la economía sumergida como con algunas mujeres. No se la puede eliminar”.

O al mismísimo don Manuel afirmando que la portavoz socialista de Educación en el Congreso, Clementina Díez sólo tenía de interesante su escote. O el ínclito policía local de Aljaraque, que habló de las mujeres vomitando: “El truco está en escucharlas como psicólogo y follártelas como si te estuviesen pagando”.

Estos machotes mandones son los más peligrosos, no lo olvidéis porque van por el mundo disfrazados ante las urnas, para luego acabar a pecho descubierto metiendo a las mujeres en urnas de abuso, desprecio y vilipendio.