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Mes: enero 2020

BENZODIAZEPINA PARA LOS ACADÉMICOS

BENZODIAZEPINA PARA LOS ACADÉMICOS

El desencuentro lingüístico entre la vicepresidenta Calvo y los académicos sobre el lenguaje inclusivo, da pie a jugar con el género gramatical sin ánimo de molestar a personos que combaten con radicalidad el tradicional lenguaje sexista, recomendando previamente a quienes dan brillo y esplendor a nuestra lengua desde los sillones académicos de la calle Felipe IV, la ingesta de Clorazepato.

Espero que las miembras rectoras del Ministerio de Igualdad, erradiquen el leguaje no sexista de los textos que redacten, los discursos que pronuncien y las entrevistas que concedan, pero que entiendan este juego como broma que alivie la pesadumbre que padecemos los que contemplamos pacientemente excesos carentes de sentido, lógica y justificación lingüística.

Sin entrar en profundidades gramaticales ni filológicas, preguntamos qué nuevas palabras o palabros, saldrán por la puerta número 33 de la madrileña calle Alcalá. ¿Caballo será caballa o mantendrán yegua? ¿mesa o meso? ¿sillón será sillona o bastará con silla? ¿tendremos persona y persono?; ¿víctima y víctimo? ¿piloto y pilota? ¿modelo y modela? ¿testigo y testiga? ¿otorrino y otorrina? ¿cineasta y cineasto? ¿logopeda y logopedo? ¿militar y militara? ¿portavoz y portavoza? ¿cabo y caba? ¿jurado y jurada? ¿intérprete e intérpreta? ¿miembros y miembras herederas de Aido?

¿Estudiante se duplicará en estudiante y estudianto? ¿cantante, en cantanta y cantanto? Y lo que es peor y puede afectar directamente a ciertos personajes y algunas personajas ¿ignorante, acabará con división entre ignorantas e ignorantos?

Mientras estamos a la espera de lo que venga, conviene recordar lo que le ocurrió al sindicalisto periodisto que fue de turisto con el poeto y el contratisto a escuchar al orquesto formado por pianisto, trompetisto y violinisto, artistos detenidos por un policío que salía del dentisto para ir al masajisto, sin avisar al telefonisto porque el electricisto estaba en el oculisto esperando que el maquinisto dejara de ser machisto.

ROMANTICISMO DEPORTIVO

ROMANTICISMO DEPORTIVO

La situación que viven en Salamanca los aficionados al fútbol con motivo de la eliminación “del Coruña” por parte de los “Unionistas” salmantinos, me ha animado a informarme del problema por boca de mi querido amigo Vicente, socio, forofo y defensor de dicho club, provocando con su relato mi adhesión a ese grupo de románticos que se niega a dejar su “casa” y llevarse el balón a campo ajeno, perdiendo con ello el dinero que tanto necesitan, pero salvando el alma que inspiró su fundación, según relato del hispano-brasileño amigo.

De nada han servido los alegatos de muchos ciudadanos para ver correr por el césped a los jugadores que vengan “del Madrid” dispuestos a darles un previsible disgusto a ritmo de chotis a los del tamboril y la dulzaina. Tampoco el ofrecimiento de los descendientes de Bernabéu para jugar el partido en su finca ha servido de nada. Ni las palabras institucionales les han hecho cambiar de opinión.

Los socios unionistas han decidido que sus muchachos jueguen el polémico partido en su prado de “las pistas” y sin grada supletoria, recordando que a este campo llegaron tras dar sus primeras patadas al balón en el campo de tierra de “La Sindical” hace siete años, con la ilusión por bandera, hasta llegar hace dos años al grupo II de la Segunda División B del fútbol español, con gestión democrática interna haciendo valer cada socio su voto, por encima de otros intereses y presiones externas, apoyados por pequeños granos de arena económicos procedentes de múltiples marcas comerciales salmantinas.

Todas las críticas recibidas por los “unionistas” que vestirán la camiseta blaqui-negra contra los jugadores del Real Madrid que vengan a sus pistas el próximo miércoles, no han podido romper la voluntad de permanecer en su sitio sin utilizar las gradas prestadas por el mejicano del Helmántico, ni el aforo madrileño de la Castellana, salvo que autoridades judiciales o federativas desautoricen el encuentro por intentar jugarlo en una instalación sin licencia para desarrollar la actividad que llevan practicando desde hace años, según denuncia hecha pública en la prensa salmantina por un edil municipal.

LA VIRTUD DE ESCUCHAR

LA VIRTUD DE ESCUCHAR

En tiempos convulsos y políticamente revueltos, con síntomas terminales causados por aguda prepotencia partidista, mórbida fractura parlamentaria y patológica sordera en los escaños, no queda otra opción que pedir a los pastores que apacientes sus rebaños; a los entomólogos que lubrifique las alas de los grillos camerales para enmudecer su griterío; y a los otorrinos comunales que extraigan los tapones ideológicos de los oídos para que los sordos de ambos lados puedan escuchar palabras ajenas a sus idearios respectivos.

De no hacerlo, será difícil vivir pacíficamente en un país donde la empatía ha salido huyendo por la ventana del dogmatismo y el diálogo ha escapado por la gatera de la intolerancia, obligándonos a realizar un alto en nuestro camino hacia el despeñadero donde nos llevan, porque de seguir el rumbo tomado por los putativos padres de la patria con su enfrentamiento, solo cabe esperar un desgarro en el alma común que todos compartimos.

Se oyen hunos a hotros sin distinguir los sonidos emitidos por cada cual, porque rebotan los mensajes en tímpanos del oponente, impidiendo que las neuronas transmisoras los lleven al cerebro para ser escuchados, pues no se trata de oír, sino de escuchar, como virtud de prestar atención a lo que se oye, percibir los sonidos en su tono, entender los mensajes, interiorizar su contenido y conceder a cada cual la parte de verdad que el adversario siempre tiene, porque nadie está en posesión de la verdad absoluta.

Ante tal panorama, los ciudadanos nada podemos hacer porque se enfrentan a nuestro empeño los políticos, inhabilitados genéticamente para escuchar al adversario; los tertulianos con los audífonos desconectados en los debates para no escuchar a los antagonistas; los tuiteros eliminando de sus cuentas a los discrepantes; y los periódicos silenciando a los que se apartan un nanómetro de su línea editorial.

Solos estamos, amigos, como el sheriff de Hadleyville, Will Kane, ante dos bandas de sordos endémicos mirándose al espejo, sin la esperanza de acabar políticamente con ellos, y convencidos que terminaremos arrojando al suelo la toalla con la insignia de sheriff envuelta en decepción, antes de marcharnos frustrados a nuestras casas lamiéndonos las heridas de la impotencia, sin oportunidad de redención.

CARTA A LOS REYES MAGOS

CARTA A LOS REYES MAGOS

A sus Majestades de Oriente:

Un año más les escribo mi carta con la desconfianza propia de quien no ha visto satisfechas sus peticiones en las últimas décadas, desde que cambió los juguetes infantiles por deseos alejados de seductores escaparates navideños, estanterías comerciales, alforjas reales y taquillas donde no pueden comprarse aspiraciones que son patrimonio del alma.

Les escribo esta madrugada, desde el silencio de mi cenobio doméstico, cuando los ujieres abren las puertas del Congreso, están a punto de encenderse las luces de la Casa del Pueblo y los padres de la patria se desperezan en casas y hoteles, mientras afilan con piedra pómez las uñas, hacen gárgaras con cicuta para contaminar sus voces, masajean las manos encallecidas de aplaudir a los pastores y consultan el “manual de insultos parlamentarios”.

Pido simplemente ser representado en el Congreso por quienes merezcan ser mis representantes, no por aquellos que se representan a ellos mismos.

Pido que los salvadores de la patria no transformen en “Sálvame” el hemiciclo y que nos salve de ellos la magia de sus majestades.

Pido ejemplo de tolerancia y respeto a nuestros padres putativos, para que el cuadro goyesco de los garrotazos continúe siendo solo obra de arte en el Prado.

Pido alejar del Parlamento a los que transforman escaños en corrales con más suciedad moral que excrementos tienen los palos de un gallinero.

Pido que se sustituya la pantalla de votaciones del Congreso por “El cuarto Estado” de Pellizza que abre Novecento de Bertolucci, para que los diputados tengan presente el resultado del abuso mostrado en esa película de culto popular, porque los ciudadanos estamos hartos de ver la fractura política entre las distintas facciones, unidas solamente para defender sus intereses, privilegios y sueldos.